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La relación del gobierno federal durante este sexenio con el gobierno de Estados Unidos podría describirse así: Un primer momento donde dos líderes
00:02 sábado 31 agosto, 2024
ColaboradoresLa relación del gobierno federal durante este sexenio con el gobierno de Estados Unidos podría describirse así: Un primer momento donde dos líderes con tentaciones autocráticas - Donald Trump y López Obrador - establecieron relaciones personales, saltándose otras instancias políticas, como los Congresos. Hay que decir, en este punto, que durante todo el sexenio que está por terminar no se llevó a cabo ni una sola reunión interparlamentaria entre ambos Congresos. Esto debe ser corregido durante la próxima legislatura. La derrota de Trump en las urnas no fue tomada como una buena noticia por el hombre que ocupa la silla presidencial en México. Eso fue claro cuando el Presidente mexicano se abstuvo de reconocer el triunfo de Joseph Biden durante varios días, cuando ya casi todos los Jefes de Estado lo habían hecho. El segundo momento ocurrió durante el periodo en que Biden ocupó la Casa Blanca. Preocupado por crisis en el Cáucaso y en el Mar del Sur de China, además de lo que sucede domésticamente, la administración Biden se contentó con una situación donde México bloquearía el traspaso de migrantes hacia la Unión Americana. Por lo demás, su Embajador en México intentó mantener una relación más que cordial con el gobierno mexicano. Pronto, sin embargo, el problema del fentanilo y la contribución mexicana en su distribución llegó a un momento álgido. Es en este contexto en que debemos entender la reciente detención de un famoso capo mexicano. Lo que Biden trató de no ver, y que ahora ha estallado, fue la continua e inexorable liquidación de las instituciones democráticas en México por parte del grupo hoy en el poder. Ahora que la cosa va en serio y que puede tener graves consecuencias para los intereses de Estados Unidos en nuestro país, el Embajador estadounidense (junto con el canadiense) ha decidido - muy probablemente por órdenes desde Washington - criticar el proyecto de reforma judicial del Presidente y sus colaboradores en el Congreso. Esto no había ocurrido antes. Como era de esperarse, el Presidente mexicano entró en cólera y señaló que pondría "en pausa" la relación con las Embajadas canadiense y estadounidense. Es decir, puso en pausa la relación con los dos gobiernos que son nuestros más importantes socios comerciales. Por el momento cuatro congresistas de ambos partidos ya han criticado al presidente mexicano. Pero se espera que, en los próximos días, haya respuestas todavía más enérgicas. Esperemos que esto no escale, pues ni más ni menos que nuestro tratado comercial con Estados Unidos y Canadá - piedra angular de nuestro desarrollo - está en juego. En este contexto, importa mucho quién gane la elección en nuestro vecino del norte en noviembre próximo. Un triunfo de Kamala Harris significaría que el estado de salud de la democracia en México sería la mayor preocupación en Washington. No sería lo mismo en el caso de un triunfo de Trump. POR GUSTAVO DE HOYOS WALTHER
FUNDADOR DE SÍ POR MÉXICO Y UNID@S
@GDEHOYOSWALTHER