Cada uno de los nueve sacks que Joe Burrow sufrió el sábado por la tarde, pudieron ser el principio del final para los Bengalíes. Ninguna otra organización en la historia de la humanidad sobrevivió a esta cantidad de capturas para obtener un triunfo en la ronda divisional y seguir con su viaje dentro de la postemporada.   Cincinnati lo hizo apegándose a la icónica frase de Rocky Balboa “no es lo fuerte que golpeas, sino lo fuerte que eres cuando te golpean”.   Los Bengalíes demostraron ser un equipo resiliente. Una tribu de jugadores y entrenadores comprometidos con un proceso que sigue caminando hacia el principal objetivo que tiene cualquier organización en la NFL: Ser uno de los dos contendientes del Super Bowl.   Después de terminar la campaña pasada con 11 derrotas y cuatro victorias para ocupar el último puesto del Norte de la AFC, los Bengalíes dieron un salto de calidad al adueñarse de la división por primera ocasión desde 2015.   Con un triunfo el domingo en la final de la Americana, el conjunto del entrenador Zac Taylor se convertirá en el tercer equipo desde 2003 en pasar del “peor al primero” y llegar al Super Bowl en la misma temporada, uniéndose a los Águilas de 2017 y los Santos de 2009.   El último obstáculo como casi siempre pasa en la vida es el más difícil: los Jefes de Kansas City.   BURROW UN HOMBRE HECHO PARA LA HISTORIA   Antes de que ingresara a la universidad el talento de Joe Burrow ya se consideraba que sobrepasaba al del resto de los prospectos. Con un título nacional de la NCAA adornando su curriculum, el quarterback de Bengalíes sigue creciendo su legado.   Burrow se convertirá en el primer quarterback reclutado con la primera selección de un Draft de la NFL en iniciar una final de Conferencia dentro de sus primeras dos temporadas.   EXCELSIOR