La cosa no está nada padre entre Estados Unidos y China. Y eso sería lo de menos, si no fuera porque el control de la política internacional y la paz mundial de las próximas décadas está en juego.

Miren, había una vez en la que teníamos un mundo bipolar en el que la Unión Soviética y Estados Unidos luchaban por la supremacía armamentística y por ver quién llegaba más lejos en el espacio. Pero la llamada Guerra Fría nunca tuvo un episodio fatal para las potencias involucradas; los enfrentamientos siempre fueron en la periferia.

Con el tiempo, la Unión Soviética colapsó y Estados Unidos se impuso como potencia hegemónica por un par de décadas. Pero el gusto les duró poco, porque China empezó a emerger. Y hoy, a 33 años después de la caída del Muro de Berlín, nos encontramos en una nueva Guerra Fría.

Estados Unidos y China están enfrentados en intereses comerciales, tecnológicos, operaciones militares, política internacional e inteligencia. Ninguno va a ceder espacio, y en el mientras tanto tienen al mundo con los pelos de punta por la tensión que día a día crece, y no sabemos si vaya a menguar.

Los famosos globos chinos que sobrevolaron el espacio estadounidense son un mensaje claro de la altanería china. Y la respuesta de Estados Unidos está lejos de ser conformista. Definitivamente habrá consecuencias, porque en política a toda acción, corresponde una reacción.

El problema es que a la luz pública no sabemos realmente lo que ocurre, hasta que ocurre. Y para acabar de ponerle tensión a la paz internacional, la invasión de Rusia a Ucrania pareciera que no tendrá solución en el campo de batalla, sino en lo que decidan los chinos y los americanos.

Si China apoya a Rusia, lo cual está denunciando Estados Unidos, podría inclinar la balanza a favor de Vladimir Putin, con lo cual Estados Unidos no estaría nada contento y tomaría medidas coercitivas. Y por otro lado, si Estados Unidos decide avispar a la OTAN para restringir a Rusia, podría desencadenar una reacción china para evitar perder su influencia en Europa. Y si todo continúa como hasta ahora, la guerra seguirá lastimando la economía internacional, sobre todo la de Europa.

Sea como sea, estamos en una nueva Guerra Fría que tiene al mundo pendiente de un hilo. Cuánta razón tiene el proverbio africano que reza: “cuando los elefantes luchan, la que sufre es la hierba”.

Israel Navarro es Estratega Político del Instituto de Artes y Oficios en Comunicación Estratégica. Twitter @navarroisrael