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Corresponsales de guerra en Gaza se enfrentan a los mismos problemas humanitarios de la población
07:59 lunes 11 agosto, 2025
Mundo“Cada mañana en Gaza es un nuevo intento de vivir, y cada noche es un desafío para sobrevivir”, describe un corresponsal de Naciones Unidas en el enclave palestino, quien además es padre de familia y desplazado. El periodista, que mantiene su nombre bajo anonimato, cuenta para el sitio de noticias de la ONU que, desde que su casa fue destruida en noviembre del 2023, su hogar es una pequeña tienda de campamento. Duermen sobre el suelo, cocinan con leña y la búsqueda de alimento se volvió un estilo de vida. Ayham, su hijo mayor de 14 años, “se ha convertido en un experto en transportación de agua” y en “el regateo por un trozo de pan”. "Siento un orgullo ilimitado por su coraje y, al mismo tiempo, una dolorosa impotencia porque no puedo protegerlo”, confiesa. Otros de sus dos hijos, Swar y Saba, aprenden a través de un internet intermitente y de algunos libros, bajo el cuidado de su madre. Unos 600 mil niños en Gaza no estudian formalmente porque sus escuelas fueron destruidas o por la inseguridad, según la Unicef. Una de sus otros dos hijos dibujó en una hoja de papel un camión —parecido a los de distribución de ayuda alimentaria– rodeado de personas muertas, algunas mutiladas y con sangre. Incluso hay lo que parece ser un misil. El corresponsal de la ONU deambula entre hospitales, calles y refugios. Lleva con él su equipo de trabajo “para ser la voz de aquellos cuyas voces han sido silenciadas”. Con el bloqueo en Gaza, muchos medios de todo el mundo dependen de la cobertura suministrada por periodistas palestinos. "A veces me siento atrapado entre dos identidades: el periodista que documenta el sufrimiento y el ser humano que lo vive”, confiesa el comunicador. Perdió 40 kilos
Todos los días camino entre 14 y 15 kilómetros” bajo un calor sofocante para recabar información de Gaza, donde conseguir alimentos se volvió extremadamente difícil, contó Youssef Hassouna, periodista de video de AFP. Hassouna, de 48 años, describe que “solía cambiar de zapatos cada seis meses, pero ahora gasto un par cada mes”, afirma. Ya sea filmando una caótica estampida en un punto de ayuda humanitaria o las sangrientas consecuencias de un bombardeo, Hassouna explica que las penurias extremas de alimentos, agua potable y atención médica complican aún más su labor. "Pesaba unos 110 kilos (hace dos años), hoy entre 65 y 70 kilos”, asegura. Las agencias de noticias AFP, AP y Reuters y la BBC lanzaron el pasado 24 de julio un llamado conjunto a Israel para autorizar la entrada y salida de periodistas en Gaza.
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"Estos periodistas independientes han sido los ojos y oídos del mundo sobre el terreno en Gaza. Ahora enfrentan las mismas condiciones dramáticas que la población que cubren”, denunciaron. Con información de Excélsior.