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Según reportes de prensa, el gobierno estadounidense busca ahora restringir la llegada de migrantes
00:10 miércoles 20 agosto, 2025
ColaboradoresA la entrada de la bahía de Nueva York, una gigantesca estatua, la que representa una mujer con la cabeza coronada que sostiene una antorcha en un brazo en alto, da la cara al este y ofrece la bienvenida a quienes llegan por mar. En la base, un poema de Emma Lazarus, una estadounidense de origen judío sefardita, dice al mundo que los Estados Unidos dan la bienvenida a refugiados y pobres, a las masas explotadas.
Ha sido por décadas el símbolo de Estados Unidos. El rostro de un país hecho y enriquecido por la migración.
Cuando la estatua hecha por el francés Frederick Auguste Bartholdi fue colocada en la isla de Ellis en 1886, el poema de Lazarus había contribuido a financiar su pedestal, donde fue consagrado en 1903 con su llamado a las masas de desposeídos y perseguidos a encontrar un nuevo hogar en Estados Unidos. Pero en los hechos, esas hermosas palabras se dirigían a personas de origen europeo.
Podría subrayarse que al mismo tiempo que había recelo y hasta violencia contra los migrantes, existía también una cierta simpatía hacia ellos. El que muchos de los recién llegados, sean alemanes o noruegos, buscaran los que parecían grandes espacios vacíos del oeste para incrementar el territorio nacional, provocaba simpatías y es ahora una parte relevante del mito nacional. Pero muchos otros, especialmente irlandeses o italianos pobres, se quedaron en las ciudades del este para formar parte de una nueva y creciente subclase.
Entre 1876, cuando la obra fue encargada y 1886, cuando fue entregada para conmemorar los cien años de amistad entre Estados Unidos y Francia, hubo literalmente “pogroms” y matanzas contra chinos en California, mexicanos en el suroeste y negros en el sur de Estados Unidos. Durante la II Guerra Mundial, el encierro de ciudadanos de origen japonés subrayó los límites a la bienvenida.
Y a decir verdad los irlandeses y los italianos, protagonistas a su vez de vejaciones contra personas “de color”, eran a su vez objetos de discriminación por parte “estadounidenses nativos”.
Esas épocas parecían idas, pero al parecer van de regreso.
Según reportes de prensa, el gobierno estadounidense busca ahora restringir la llegada de migrantes de un tipo y alentar la de otros.
Estaría, por un lado, la "tarjeta dorada" propuesta por el presidente Donald Trump, que a cambio de cinco millones de dólares ofrecería la residencia sin restricciones y facilitaría un camino a la ciudadanía estadounidense. Los posibles beneficiarios serían personajes adinerados, como los oligarcas rusos.
O quienes como los boers sudafricanos, que por más de cien años fueron protagonistas de la sociedad del "apartheid" y aún son un grupo económicamente privilegiado, gracias al gobierno Trump saben ahora que son parte de una minoría perseguida por la mayoría negra y víctimas de genocidio, y reciben trato prioritario para llegar a Estados Unidos.
Pero miles de refugiados "de color" son rechazados.
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
COLABORADOR
@CARRENOJOSE