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"Es fundamental que mis búsquedas de información sobre los casos, recobren la importancia que se merecen"
00:02 martes 3 enero, 2023
ColaboradoresEn mis columnas anteriores, he destacado la importancia del tema, por lo que la gran parte de mi tiempo y el desarrollo de mis ultimas investigaciones con mi cuerpo académico, estudiantes de la licenciatura y posgrado en tesis o artículos, se ha concentrado en este fenómeno social sobre la Desaparición de Personas, he de confesar que mis investigaciones de campo en Tamaulipas y San Luis Potosí han servido para contextualizar algunas de mis narrativas, tal ves por mis raíces o tal ves por ese dolor o sufrimiento que se mantiene latente entre las familias de los colectivos que conozco, pero es fundamental que mis búsquedas de información sobre los casos, recobren la importancia que se merecen, y regresar a lo académico , a lo matemático del asunto, ya que es el mar inmenso en este naufragio de historias concentradas en en olvido, por lo cual y de acuerdo con la información o los números que me arroja la base del CENAPI poder hacer un diagnostico mas claro y mas objetivo desde este curul académico que me otorga la UASLP, ya que desde 2006, 97 mil 543 personas han desaparecido en nuestro país. De estas personas, 36 mil 247 aun siguen sin ser localizadas, mientras que 57 mil 529 han aparecido vivas y 3 mil 767 han aparecido sin vida. En términos temporales, parecería que desde 2006 el fenómeno de desapariciones en México ha aumentado de manera considerable; pues mientras que en aquel año la tasa nacional de desaparición era de 0.29 desapariciones por cada 100 mil habitantes, en 2013 esta tasa fue de casi 12 desapariciones por cada 100 mil habitantes. Sin embargo, esta intensificación puede deberse en parte a que, conforme pasó el tiempo, el sistema capturaba más registros y no porque haya aumentado la intensidad del fenómeno. A fin de cuentas, el CENAPI es un instrumento que registra investigaciones, por lo que cambios en la cantidad de registros pueden o no deberse a cambios en la intensidad del fenómeno subyacente. Sin embargo, el aumento considerable a partir de 2008 refleja lo que ocurrió en otro tipo de violencia en el país, como violencia homicida, por lo que muy probablemente el aumento sí esté reflejando un aumento en la intensidad del fenómeno de desapariciones en el país. A partir de ese punto crítico, la tasa nacional se ha moderado ligeramente. De hecho, en 2016 y en 2017 la tasa se mantuvo cerca de las 8.5 desapariciones por cada 100 mil habitantes. Pero que es el CENAPI, para comprender el contexto general, es el Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia es un órgano desconcentrado creado en septiembre de 2013, adscrito a la Agencia de Investigación Criminal la cual es a su vez un órgano administrativo desconcentrado de la Fiscalía General de la República, antes PGR. Esta unidad genera una base nacional de datos sobre personas desaparecidas por medio de la información recabada por las procuradurías de justicia estatales. Los registros incorporados a la base del CENAPI son, en su mayoría, casos relacionados con averiguaciones previas, actas circunstanciadas o carpetas de investigación. Por medio de esta información, el CENAPI hace uso de sus atribuciones para diseñar, integrar e implementar mecanismos de sistematización y análisis de la información. Esta sección presenta las características principales de dicha base, su relación con las bases antes generadas por el antiguo RNPED y las diferencias que estas bases guardaban entre sí. Es muy probable que la tasa de homicidios de México esté subestimada. Hay un gran número de personas desaparecidas en México, y una parte de estas puede haber sido víctima de homicidio. Las estimaciones del Gobierno sobre la cantidad de personas desaparecidas en México han fluctuado ampliamente a lo largo del tiempo, en especial las que están desaparecidas debido a un posible homicidio.33 El gobierno mexicano se ha esforzado por evaluar con precisión la cantidad de personas extraviadas y desaparecidas en el país, y en 2017 estableció una Comisión Nacional de Búsqueda (CNB). La Comisión ha registrado a más de 98,000 personas desaparecidas, y la gran mayoría ha desaparecido desde 2006, el comienzo de la guerra contra las drogas. Desde 2000, aproximadamente el 90% ha sido de nacionalidad mexicana, mientras que aproximadamente el 10% son extranjeros o de origen desconocido, probablemente migrantes. Además, la gran mayoría de los desaparecidos son hombres, lo que representa más de las tres cuartas partes de todas las desapariciones. En números actuales las personas reportadas como desaparecidas alcanzó un nuevo máximo en 2021, con más de 9,600. Este fue el año más alto registrado para las mujeres y el segundo año más alto registrado para los hombres. En conclusión al párrafo que nos antecede, es claro que cerraremos el año 2022 con cifras que superaran los 10,000 mil desaparecidos, cifra que desemboca en una tragedia inédita en la Nación, pero este cáncer o tumor no es de forma inmediata, ya que la forma enquistada sobreviene de malestares colaterales de la delincuencia organizada como toda enfermedad, que agudiza trastornos añejos y disfunciones del del sistema de procuración de justicia que tiene mas de una década en transición. Por último, pongo a su consideración tres indicadores a manera de conclusión que a mi parecer o en mi opinión muy particular, han detonado la crisis en este ultimo trienio sobre “El fenómeno social de la Desaparición de Personas en México”: I. La proliferación de organizaciones delictivas más pequeñas, a menudo más ágiles y adaptables. Los grupos delictivos más pequeños plantean un nuevo conjunto de desafíos, ya que carecen de estructuras jerárquicas claras y son más difíciles de rastrear para los organismos encargados de hacer cumplir la ley. II. La expansión geográfica de los cárteles que ha contribuido a aumentar la competencia por el territorio y el acceso a las rutas del narcotráfico. III. La diversificación de la actividad delictiva. En particular, los grupos más pequeños que no cuentan con la infraestructura necesaria para exportar drogas están recurriendo a actividades más localizadas, como la extorsión, el secuestro y el delito de narcomenudeo. Es menos probable que estas actividades sean detectadas por las autoridades, y proporcionan una manera rápida y fácil de aumentar los ingresos.