Aun y cuando se trata de un organismo autónomo y cuya independencia debiera descansar, de entre tantos puntos, en su autonomía financiera y fuera de cualquier interés, pareciera ser que el dinero siempre será el puño que retenga la libertad plena de entes como éste. Y no se trata de cualquier organismo.

Estamos hablando del órgano que celebrará, garantizará y resolverá con imparcialidad, legalidad y validez el proceso electoral que se avecina. Si bastante se tiene con que los partidos políticos pretendan seguir incidiendo a su conveniencia unilateral y de grupos coloreados en las decisiones de su pleno, tan solo por tener sillitas, todavía más tormentoso es que el Poder Ejecutivo retenga algunos recursos que por ley le corresponden y con eso se limiten las funciones que debe el órgano electoral local debe cumplir. La tarea del Ceepac debe de ser subrayada para protegerse por parte de todos los entes del poder gubernamental -ejecutivo, legislativo y judicial-, de todos sin excepción. No solamente como una obligación republicana y democrática, sino hasta por conveniencia. A todos y todas, en lo individual y colectivo, de todos los colores que compiten y convergen deben entender que les conviene su recto y total actuar. Los que entendieron, entendieron.

Con el Ceepac no por favor. Hasta mañana