La construcción de un edificio requiere de una planeación, desde la puesta del primer ladrillo hasta la llegada de sus inquilinos. Requiere más que el simple deseo -a veces caprichoso, a veces omisivo, a veces sin dolo- de tener una nueva estructura que puede darte un beneficio. Y literalmente, tanto el ejemplo como lo que realmente está ocurriendo. La edificación de la estructura del nuevo municipio de Villa de Pozos ameritaba una planeación total en donde se previeron todas y cada una de las obligaciones y facultades que una autoridad municipal debe tener en sus manos. La basura se empieza acumular y la seguridad se nota mínima, son solo dos de muchos temas que están en el escritorio de respuesta y solución del nuevo Consejo que preside la nueva municipalidad. Otro ejemplo es la tramitología en licencias y permisos de construcción. Según la delegación potosina de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI) hay cerca de 5 mil trámites de viviendas proyectadas en el municipio en espera de ser aprobadas para el inicio de su construcción y entre el gremio de los notarios se habla de entre 500 a 2000 gestiones en espera de resolver. Hablamos entonces de que hay muchas, muchas licencias de construcción, usos de suelo, impuestos, compraventas, trámites notariales y de valuadores entre otros tantos que se deben de realizar en un municipio, pero que a la fecha no se tiene certeza ni claridad con quién, cómo, dónde y cuándo podrán realizarse. Nada. Y repetimos, esto solo en el tema de uno de tantos servicios que el municipio debe resolver para la ciudadanía. Construir un edificio no es cualquier cosa y lo saben los desarrolladores inmobiliarios que trabajarán en la nueva demarcación municipal. Construir un municipio no es cualquier cosa y deberían haberlo sabido los legisladores “urgidos”. Construir un edificio o un municipio sobre arena no es cualquier cosa y su consecuencia es bíblica. Tengan tantito temor de Dios.