Atinadamente el Gobernador Gallardo cambió un poco el timón del plan para instalar la Universidad Rosario Castellanos, universidad federal, en los edificios que hoy siguen ocupando las tradicionales secundaria ETI y Primaria TIPO. Se refirió a “buscar otra sede” en atención a la inconformidad de padres y madres de familia, alumnas, alumnos y administrativos. Pero, ¿qué les cuesta a las autoridades tomar y hacer este tipo de declaraciones antes de provocar molestias, si a fin de cuentas ibas a terminar en ello? Muchas veces ello es a partir de decisiones de subalternos que no previeron los escenarios y consecuencias y es entonces el jefe quien debe y tiene que “salir al quite”. La molestia fue mucha y qué bueno que fue escuchada. No se trata solamente de la instalación de una institución educativa a fuerza sin considerar a sus primeros interesados, se trata de mantener la tranquilidad y cordialidad en una comunidad. Pueden darse más casos similares en que las autoridades de cualquier gobierno tomen o pretendan tomar decisiones que pueden tronarles en las manos. Este fue un ejemplo. Procuren que la Presidenta, el Gobernador o el Alcalde sea la última o el último en salir a arreglar el tema. Por cierto, ya no le echen la culpa a sus “malditas” pesadillas antecesoras. La sociedad que nunca ha estado en el servicio público también se enoja y grita, no se les olvide.