Vínculo copiado
El PRI potosino y Torquemada
00:02 miércoles 25 septiembre, 2024
ColaboradoresLos sacrilegios -casi pecados mortales partidistas-, que se atrevieron, porfiaron y osaron a cometer en días pasados, todavía como priistas, Edmundo Torrescano y Alejandro “Caco” Leal Tovias, provocaron la turbulencia inquisitiva medieval -con boleto directo a la hoguera- al interior del Comité Directivo Estatal del PRI que comanda Sara Rocha y que ni Torquemada hubiera soñado realizar. Con tiempos de diferencia, el primero, en pocas palabras, se atrevió a cuestionar su llegada como Presidenta del CDE: “¡cállate la boca!, ¿cómo te atreviste a tanto “Mundo?”; y el segundo optó por votar a favor de la reforma judicial, más como “un voto de confianza” -así lo explicó el avezado político- que como una desobediencia a la línea dictada desde la dirigencia nacional. En ambos casos, la émula de Tomas de Torquemada en SLP, instruyó a su esbirro Alberto Rojo Zavaleta a preparar los expedientes, pruebas, fotografías, actas de nacimiento, de bautizo y de la última vacuna, a fin de expulsar del reino de los cielos tricolores terrenales y celestiales a ambas “ovejas” pecadoras. Sumándoles también -por si faltaban- los delitos de terrorismo y disolución social (aunque este último ya ni exista. Pero sí cabía: “¡adelante, Rojo, tú señálalos!”). Pero ¡Virgen Santísima!, ¡les ganaron! Tanto Torrescano como Leal Tovias prefirieron -astuta y estatutariamente- presentar sus respectivas renuncias antes de ser expulsados y excomulgados de la gloria priista. ¿Razones?, ¿motivos? Muchos gritaron: “¡Cobardes!”, otros azuzaron: “¡No le den el gusto!”. Y la razón no esta tan descabellada: Las expulsiones, en este caso en el PRI, las dicta una Comisión de Honor, Justicia y Salvación de Pecados por ofender a “Alito”. Pero, primer detalle, estas solamente se firman en el Comité Ejecutivo Nacional (ningún Comité Estatal del tricolor tiene la facultad de dictar la expulsión de un priista pecador. ¡Ninguno!). Analizan el expediente enviado y debidamente engrosado desde el Comité Estatal, en este caso rubricado por Sara Rocha con el tintero a un lado y la expresión “Yo, la Presidenta”, y si dicha mesa nacional encuentra motivos y pecados suficientes, entonces sí: “Dios se apiade de tu alma expriista”. Negándosete, y para siempre, volver al rebaño tricolor. Tan-tan. “Mundo” y “Caco” le ahorraron su juicio de expiación a Sara Rocha –expedientes que hoy sigue tratando de armar Rojo Zavaleta para enviarlos a México, según fuentes de esta noble y santísima redacción-, negándole a la “catorceña” Torquemada, al mismo tiempo, el gusto placentero de prender sus hogueras. La expulsión es “adiós y para siempre”. La renuncia es “hasta luego… luego vengo”.