La actual Legislatura local se suma al listado impresentable que ha ocupado las sedes de Plaza de Armas y la de Vallejo durante los últimos 15 años.

La mayoría de los diputados y diputadas potosinas de los últimos 3 lustros no han sido más que una retahíla de improvisados, descarados, cínicos, ladrones, sinvergüenzas y, según el caso, arrastrados y tapetes.

Si son mayoría y contrarios al Partido que haya llevado al Ejecutivo al poder se comportan como hienas hambrientas que con un buen trozo calman su hambre atrasada.

Y si son mayoría y estando bajo el Poder Ejecutivo de su mismo partido o alianza, se comportan como alfombras automatizadas sin ningún defecto frente a sus amos.

Así quedó demostrado el día de ayer en la continuación de las glosas del primer Informe de Gobierno de Ricardo Gallardo.

La presencia de los secretarios de Salud, de Finanzas, del Sistema Educativo y de Desarrollo Social no fueron más que pasarelas a modo. Y no porque ellos hagan mal su labor, eso es otro tema. Sino porque la mayoría de los y las legisladores se comportan de los más burdamente actuado.

Ayer los mismos diputados que dirigían las comparecencias limitaron a sus pares compañeros a solamente tres minutos para preguntar y solo tres minutos para contestar. Y si no les alcanzaba el tiempo enviarían sus respuestas por escrito.

Lo anterior sin dejar a un lado la vergüenza del diputado Alejandro “Caco” Leal Tobías de no saber ni como se llama el Centro de Rehabilitación “Temazcalli”.

¡Sub gobernó 6 años San Luis y nunca supo!

En pocas palabras. Una verdadera falacia política en donde se demuestra la sumisión en la que el Legislativo vive bajo la sombra del Ejecutivo. Incluidas diputadas de la misma oposición.

Nada que celebrar, solo seguirnos lamentando.

Hasta mañana…