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¿Qué hacía un adolescente de 15 años en un antro?
00:02 miércoles 28 mayo, 2025
ColaboradoresLa muerte de un adolescente de 15 años tras una riña que inició al interior de un antro en avenida Muñoz y terminó en la vía pública vuelve a encender las alarmas sobre la permisividad de las autoridades. El menor fue ingresado al hospital con una herida por arma blanca, pero pese a los intentos médicos, falleció al día siguiente.
La FGE abrió una carpeta de investigación para dar con los responsables del ataque, pero también para indagar cómo es que un menor de edad logró entrar a un centro nocturno sin que nadie lo impidiera.
El silencio de las autoridades resulta preocupante, pues hasta el momento no se ha pronunciado de forma clara ni ha explicado cómo es que opera la vigilancia sobre estos establecimientos, a diferencia de eventos privados donde de manera rápida acude a clausurarlos y se emiten comunicados inmediatos.
La presencia de menores en bares y antros no es un caso aislado, y lo ocurrido evidencia una cadena de omisiones: desde los encargados del lugar hasta quienes deben emitir, vigilar y revocar permisos. El argumento de que la pelea terminó fuera del antro no exime de responsabilidad a quienes permitieron que comenzara dentro, de eso hemos aprendido bastante. Empresarios y directivos se excusan con eso.
Este hecho no puede cerrarse con promesas de investigación. La ciudadanía exige acciones contundentes para evitar que menores sigan siendo expuestos en espacios no adecuados para su edad, donde la falta de control y vigilancia puede terminar, como en este caso, en una tragedia irreversible.
¿Quién responde por esta vida perdida? ¿Quién supervisa realmente el funcionamiento de estos lugares? Las autoridades deben rendir cuentas.
Rescate ocasional no basta, necesitamos concientización
El rescate de un perrito herido por parte de agentes viales en avenida Muñoz es una excepción que duele, pues el animalito fue trasladado al CIBA para su atención, pero su compañero, un pitbull gris, huyó sin que pudiera ser resguardado. Esta imagen simbólica refleja una realidad más profunda: la de cientos de animales abandonados, lastimados y olvidados cada día en las calles de San Luis Potosí.
Este hallazgo llega justo cuando aún resuenan los informes sobre el decomiso de pequeños vulnerables que se vendían en el mercado en condiciones críticas de salud y hacinamiento, donde se confirmó que todos los felinos padecían leucemia. La realidad es clara: vivimos en una ciudad que todavía no ha logrado establecer una cultura del respeto y la protección animal. El rescate ocasional no basta.
Hace falta vigilancia activa y una ciudadanía que deje de mirar a otro lado pues espacios como el tianguis y mercados donde la jurisdicción se diluye entre niveles, siguen siendo focos de maltrato sin consecuencias claras.
¡Hasta mañana!