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El punto número 11
00:02 miércoles 2 octubre, 2024
ColaboradoresDesde Pompeya hasta Napoleón, desde la Iglesia Católica hasta las más famosas dictaduras, desde Madero hasta la 4T, el nepotismo sigue dando de qué hablar en la política actual de diversas naciones, entre ellas la mexicana. Porque, vamos, este acto de corrupción siempre ha sido una práctica recurrente en la forma de hacer política en México. Un cáncer que irrumpe en las más altas esferas de la sociedad y que derrumba todas las virtudes y esfuerzos de quien, por mérito propio, pudo desempeñar un cargo público. El día de ayer, la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, hizo su presentación como mandataria en el marco del inicio de su sexenio y enunció los 100 puntos que se compromete a cumplir durante los seis años de su gobierno. Entre la lista destaca que afirmó, en el punto número once, que se terminaría la práctica de heredar cargos a familiares por parte de los servidores públicos. “Tengo otra: ni presidentes municipales, ni senadores ni diputados. Impulsaremos la prohibición de suceder a un familiar directo en los cargos de elección popular. No nepotismo”, dijo. Dicho compromiso por parte de la mandataria incita a la discusión desde diversos cuestionamientos; un par de ellos: ¿Qué vínculo se debe tener con un servidor público para, en caso que así suceda, sea considerado nepotismo? Porque la Presidenta de México mencionó ‘familiares’; no obstante, si bien el concepto podría limitarse a un lazo de sangre, el término se ha actualizado y hoy podríamos afirmar -con mayor precisión- que esta práctica se extiende a vínculos de amistad y la distribución de cargos se da gracias a una fuerte influencia por parte de un servidor a una persona que no precisamente es su familiar, pero que sigue sin tener la capacidad para desempeñar la labor que se le encomienda. ‘Influyentismo’ y ‘amiguismo’ le llamaba un expresidente. Otra de las cuestiones, y muy importante, es ¿qué tanto se hará cumplir este compromiso por parte del Gobierno Federal que hoy comanda la Dra. Claudia Sheinbaum? Es curioso e inevitable encontrar inconsistencia en el discurso y las acciones que preceden a este punto número once de la Presidenta de México, pues en las semanas recientes los políticos de nuestro país se acusaban -entre ellos y a diversas trincheras- de nepotismo. Al estrado de acusadores se subieron Luisa María Alcalde y la misma mandataria mexicana; otros no se quedaron atrás y asumieron cargos, como el caso de Andrés Manuel López Beltrán -total, era de esperarse-; y ahí no queda, la lista es interminable: Lenia Batres en el Poder Judicial; la potosina Ruth González; Samuel García y Mariana Rodríguez en Nuevo León; los -ya queridos por unos, repudiados por otros- Yunes padre y Yunes hijo, por mencionar algunos de la historia actual. Así el punto número 11 de los cien que enlistó Claudia Sheinbaum. Desde aquí solo nos queda ser espectadores y esperar si realmente habrá un cambio que haga valer la palabra de la actual mandataria de México, o bien seguiremos atestiguando las -realmente deplorables- prácticas políticas de siempre porque, en este último caso, aunque ya hay un marco legal que lo prohíbe, como diría un expresidente: “No me vengan con que la ley es la ley”.