Mientras el ayuntamiento capitalino antier presumió sus obras realizadas en el año, algunas de la mano con el gobierno estatal, otras municipalidades, de las 57 restantes, siguen en la información que sus alcaldes rinden en la plaza pública.

No así, por ejemplo, aquellas que durante el año han seguido guardando el sueño de ser gobernantes, aunque sea de título, sin ninguna acción relevante que informar.

Cerro de San Pedro, municipio de la zona metropolitana, es uno de ellos.

Ayer rindió las cuentas que la ley le obliga a su alcaldesa Esmeralda Abigail Nava Loredo, sin saber que fue lo informado. Y se trata de un reproche social, más que otra cosa.

El gobernador Ricardo Gallardo señaló que dicho municipio no presentó absolutamente ningún proyecto de infraestructura que pudiera ser apoyado por el gobierno estatal y sus recursos.

Ninguno.

No importa el tamaño de pueblo o el número de habitantes. Los gobernares tiene la imperiosa obligación de trabajar por sus gobernados.

El pésimo ejemplo de Cerro de San Pedro y su alcaldesa es una muestra de lo que hablábamos hace unas semanas: alcaldes soñadores.

Los que se duermen y sueñan y tan-tan. Y los que trabajan y sueñan reelecciones.

Cerro de San Pedro ya duerme...

Hasta el lunes