Vínculo copiado
Eventos todos, en casa nada
00:11 viernes 8 agosto, 2025
ColaboradoresAJONJOLÍ DE TODOS LOS MOLES. En Villa de Pozos parece estar todo resuelto que hasta a la presidenta concejal le sobra tiempo para lucir activa y presente en eventos AJENOS a su demarcación, presumiendo agendas que parecen cuadrar y acomodarse solas. Sin embargo, nada más alejado de la realidad en su propio municipio, ya que muchos reclamos básicos permanecen con respuestas vagas y sin fechas firmes, derivando en que, por ejemplo, problemas de comercio, seguridad y obras siguen sin resolverse.
Comerciantes de Villa de Pozos han denunciado abusos de inspectores, supuestos sobornos que permitirían la operación ilegal de locales clausurados La concejal fue cuestionada sobre estos temas y simplemente no respondió o evitó ser clara, mientras los afectados siguen sin atención eficiente. Tampoco explicó nada sobre las obras detenidas o en lento avance en zonas como Jocoyota o camino Santa Rita.
Su agenda de actividades contrasta con la falta de atención en su propio territorio. ¿Cómo anda presumiendo colaboraciones si sus habitantes carecen de servicios básicos? Es momento de equilibrar la narrativa, porque no se trata solo de asistir a grandes eventos (ajenos). Se requiere respuesta efectiva a las voces locales que piden libertad, seguridad y servicio inmediato.
Que no suceda que, tras meses de promesas y gestiones participativas, Pozos siga repitiendo el mismo olvido de siempre, del que se quejaban, y usaron para hacerlo municipio. Esa costumbre de “tener todo resuelto” queda aún más vacía cuando sus residentes sufren abandono institucional, inseguridad y calles sin pavimentar. En redes ya dicen: “¡Siéntese señora!”
MÁS QUE MULTAS, CONFIANZA. El arranque de la Fenapo 2025 viene acompañado, como cada año, de operativos especiales para regular el servicio de transporte. Esta vez, la SCT ha puesto sobre la mesa sanciones fuertes para quienes abusen de los usuarios, con multas que podrían alcanzar los 33 mil pesos. La intención es clara: poner un alto a cobros excesivos y malas prácticas que, lamentablemente, han marcado la experiencia de muchos asistentes en el pasado. Sin embargo, la verdadera meta no debería ser sólo castigar, sino lograr que la ciudadanía vuelva a confiar en un servicio que debería ser sinónimo de seguridad y comodidad.
La herramienta de vigilancia ciudadana mediante códigos QR es un avance, pero también es un recordatorio de que el problema no se resuelve únicamente con más ojos vigilando, sino con un cambio real en la cultura de servicio. La calidad no se decreta, se construye con trato, puntualidad y tarifas claras.