Uno de los temas del inicio del año y que se perderá entre la confusión de los temas pre electorales, campañas, presupuestos, etc. es el del aumento a la tarifa del transporte urbano. El tema de aumentos a costos o insumos en las unidades del transporte publico o sueldos a sus operadores no está en discusión. Lo que cada año se discute es el servicio y su calidad. Ese que siempre termina por discutirse en los espacios informativos, en las mesas de negociación privadas y en las públicas.

Ese que siempre termina por convencer a pros y a antis. A los que lo apoyan por convenirles y a los que no por salir beneficiados. A fin de cuentas, el ciudadano, literalmente, el ciudadano de a pie, el que no tiene la posibilidad del uso y goce de un automotor, acaba pagando, que no convencido, del aumento a un servicio. Aunque este sea malo. Las representaciones de la sociedad civil, sobre todo, que conforman las mesas de negociación con los permisionarios y las autoridades deben de cuidar no distraerse en los temas relevantes de este año 2024, tanto los de arranque como los de medio año. De lo contrario ni el servicio ni el cobro pasara por sus conciencias.