La imponente manifestación que el día de ayer pintó de morado el rosado adoquín del centro histórico potosino rebasó, no solamente en número, el constante ignorar de las autoridades frente a la violencia que sigue pesando sobre las mujeres. Más de 15 mil mujeres entonaron los gritos que suenan diariamente en cientos de hogares, trabajos, escuelas y calles y que la mujer debe alzar más y más el volumen para encontrar la respuesta ignorada de la sociedad misma. La tarea y responsabilidad es de todas y todos.

Las autoridades deben encontrar el camino adecuado para dar respuesta a la seguridad que se ha perdido y seguir procurando las políticas adecuadas para dar respuesta y seguridad a las mujeres que la claman. Y la sociedad en general junto con instituciones públicas, universidades, asociaciones, etc. tener la sensibilidad de dar la mano al reclamo que sigue viendo en nuestras propias acciones violencia contra ellas. Porque todos somos responsables y cargamos en nuestros hombros responsabilidades. Así como ellas que ayer marcharon alzando la mano y que en sus rostros, cada una, tiene una historia.

Así también nosotros somos parte de esas historias.

Hombres y mujeres. Porque por días, años, décadas, siglos la humanidad ha ignorado el reclamo latente de mujeres que sufren violencia. Hoy y siempre seguirán saliendo a marchar para clamar justicia y exigir ser escuchadas. Que lo imponente de las millones que trazaron con su grito las calles de México y de San Luis siga sonando y resonando para encontrar lo que buscan: respeto. Hasta mañana