El affaire Morena-Verde-PT, en San Luis, tal parece que no goza de mucho amor tan claro y real. Pasó lo mismo en 2021. Mientras el Morena potosino presumía sus propios candidatos desde regidores, alcaldes, diputados locales y federales y la gubernatura, el Verde de igual manera presentaba sus fichas. Fue un ir y venir de imágenes y fotografías en donde no congeniaban sus nombres menos sus porras.

A nivel nacional era distinto. La alianza se veía fortalecida, por intereses, pero fortalecida.

Las diputaciones federales se vieron “campechaneadas” entre verdes siglados por Morena o “morenos” siglados por el Verde.

Una de sinsabores y desamores de telenovela. El drama llego a su punto máximo cuando la derrotada candidata a la gubernatura, Mónica Rangel, reconoce el triunfo del verde, Ricardo Gallardo. Y a los pocos meses el mandatario firmaba desplegados apoyando las decisiones del gobierno federal morenista al mismo tiempo que el Fiscal en turno encarcelaba a Rangel por sus “herencias malditas”. Todo un caos peliculezco la relación Morena-Verde en San Luis.

Distinta sin duda a otros estados. De ahí que la presidenta de la Cuarta Transformación potosina hable de un nulo acercamiento, a la fecha, con el Verde y el PT. Tampoco esta cerrado a ello. Acepta que si la orden viene de México lo acatara. Pero a la fecha nada. Y tampoco se le ven muchas ganas de hacerlo.