El presidente de la República Andrés Manuel López Obrador visitó San Luis Potosí una vez más, y una vez más nos quedamos con ese sabor de boca semiamargo de lo que pudo ser. Haciendo una evaluación de las visitas podemos decir que fueron de mayor a menor, ¿a qué nos referimos? En 2019 recién comenzaba el sexenio ‘de la esperanza’ un primer evento se realizó en Villa de Ramos, generaciones no sabían lo que era una visita presidencial, y lo que vieron fue sencillez, calidez, para simpatizantes y detractores del ‘lopezobradorismo’ coincidieron en un calificativo: SORPRENDENTE. Verá cuando venía Enrique Peña Nieto, Felipe Calderón, Vicente Fox, el protocolo era otro. Especialmente con el segundo en mención, el ejército se apoderaba de las calles a la redonda y se tornaba el ambiente tenso y hasta hostil. El cambio fue abrumador… pero no se sostuvo todo el sexenio El domingo ¿qué vimos? Intrascendencia, que si no fuera por un incidente con el Ejecutivo Estatal, nadie pero nadie estaría hablando de esto. ¿De verdad se trató de algo esta visita? ¿De algo legal, productivo y fructífero para el Estado? Son 36 semanas las que faltan para que termine el gobierno de López Obrador, como lo apuntó ayer Lily Téllez en su colaboración en Ciro Gómez Leyva Por la Mañana, y que simpáticamente un esbozo de sonrisa sacó entre conductores y espectadores. En entrevista el delegado en San Luis Potosí Guillermo Morales mencionó o advirtió que el presidente regresará al menos en dos ocasiones más. Dos visitas más en estas 36 semanas que restan para el 30 de septiembre. 36 semanas en la que por lo menos esperamos tener noticias de productividad en el aeropuerto de Tamuín, y una obra que ‘inmortalice’ este sexenio tan árido para San Luis Potosí.

Hasta mañana…