Un presidente centrista en campaña pese a no ser aún candidato, una derecha con opciones, pero presionada por la ultraderecha y una izquierda desintegrada conforman el paisaje de una de las cruciales elecciones de Francia, que se realizarán en abril. A tres meses de la elección, el mandatario, Emmanuel Macron, que asegura tener “ganas” de presentarse a la reelección, enfrenta desde diciembre el ascenso de la candidata de la otrora derecha gobernante Los Republicanos (LR), Valérie Pécresse. La mayoría de sondeos dan ventaja a Macron en la segunda vuelta frente a Pécresse, presidenta de la región de París, y sus rivales de extrema derecha la diputada Marine Le Pen y Éric Zemmour. Según encuesta Ipsos Sopra-Steria, Macron obtendría 26% (+1) de intenciones de voto en la primera vuelta, frente a Marine Le Pen (17%, +1), Valérie Pécresse (16%, =) y Zemmour (12%, -2). Ninguno de los candidatos de izquierda superaría 10% de los votos. En la segunda vuelta Macron ganaría a Valérie Pécresse (55% contra 45%) y a Marine Le Pen (58%-42%). Le Pen y Zemmour habían logrado imponer en el debate electoral sus temas predilectos —inmigración, inseguridad, identidad—, pero al inicio de 2022, unas polémicas declaraciones de Macron y un repunte de contagios devolvieron a primera plana la pandemia. "A los no vacunados (contra covid-19), tengo muchas ganas de fastidiarlos. Y eso es lo que continuaremos haciendo, hasta el final”, aseveró Macron en una entrevista con el diario Le Parisien, declaraciones que tres días después dijo asumir “por completo”. Para los observadores, con esta polémica, el dirigente liberal intentó aglutinar detrás de él a los partidarios de la vacunación e imponer el tema de la pandemia en la campaña. Según un sondeo reciente, 47% de franceses aprueba esas declaraciones. Para recuperar el impulso logrado tras su designación en diciembre en el marco de unas primarias de la derecha, Pécresse retomó una polémica declaración de Nicolas Sarkozy, exministro de Interior y expresidente conservador, sobre la inseguridad. "Voy a recuperar el Kärcher (nombre de una marca de hidrolimpiadoras) del sótano” para “hacer una limpieza” de “capos, matones delincuentes, narcotraficantes” en los barrios con altos niveles de inseguridad. Con sus declaraciones, en paralelo a una visita a dos bastiones de extrema derecha, la política considerada como moderada en su formación busca reconfortar el ala más derechista de LR, partido que vio en 2017 cómo algunos de sus miembros de centro se unían a Macron. Tanto Pécresse como Le Pen y Zemmour buscan imponerse en el bloque de derecha para intentar lograr una plaza en el balotaje y para ello no dudan en presentar una imagen de Macron como alguien autoritario y que no defiende los intereses de Francia. Así, el izado de la bandera europea en el Arco del Triunfo, para marcar el inicio el 1 de enero de la presidencia protémpore francesa de la Unión Europea (UE), fue calificado por Le Pen como “un atentado a la identidad” y un “insulto a los muertos” por Francia. El mandato del presidente liberal, elegido en 2017 con una imagen de europeísta y reformista, ha estado marcado, además de la pandemia, por un importante movimiento de protesta social en 2018 y 2019, los chalecos amarillos. Casi inaudibles en los temas de fondo, los candidatos de izquierda y ecologista se encuentran bajo presión para presentar una candidatura unitaria e intentar volver a la segunda vuelta, máxime cuando los sondeos no dan a ninguno más de 10% de intención de voto. Por su parte, la candidata socialista, la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, a la que las encuestas sitúan por detrás de sus rivales de izquierda radical Jean-Luc Mélenchon y ecologista Yannick Jadot, alteró la precampaña en diciembre al abogar por unas primarias de izquierda. Así, la lucha por el Palacio del Elíseo gana fuerza. --

Con información de Excélsior