A pesar de mantener cierta estabilidad macroeconómica, la economía mexicana cierra 2025 con señales claras de estancamiento y riesgos estructurales que podrían agravarse en 2026, advirtió el economista Javier Rueda. En entrevista para “Así las Cosas”, el especialista señaló que la inflación se mantuvo alrededor del 4%, dentro del rango meta del Banco de México, mientras que la tasa de interés cerró el año en 7%, tras una serie de recortes que dieron un respiro parcial al consumo y al empleo. No obstante, subrayó que estas cifras deben leerse con cautela. “El Producto Interno Bruto apenas ronda el 1%, muy por debajo de la meta necesaria para generar riqueza. Venimos además de un 2024 sin crecimiento, lo que confirma un estancamiento preocupante”, explicó. Javier Rueda destacó que, aunque la inversión extranjera directa superó los 30 mil millones de dólares en 2025, esta cifra representa una caída superior al 15% en comparación con años anteriores, reflejando una menor confianza de los inversionistas. A ello se suma que seis de cada diez trabajadores se mantienen en la informalidad, lo que limita el impacto real de los indicadores positivos de empleo. En materia energética, el economista alertó sobre el incremento cercano al 20% en los costos de consumo, lo que afecta directamente la competitividad de las familias y del sector industrial. Asimismo, calificó como preocupante la situación de Petróleos Mexicanos, cuyos ingresos petroleros cerraron el año con una caída de alrededor del 25%. “El país sigue dependiendo de un modelo energético que el mundo está dejando atrás, lo cual representa una desventaja estratégica”, afirmó. Respecto a las remesas, Rueda señaló que México alcanzó cifras históricas cercanas a los 70 mil millones de dólares, equivalentes a más del 4% del PIB, aunque advirtió que este fenómeno refleja una alta dependencia del ingreso generado fuera del país y no de la productividad interna. En cuanto a los programas sociales, el economista sostuvo que, si bien han incrementado el ingreso disponible de los sectores más vulnerables, no han logrado reducir la pobreza de manera estructural. “Hoy hay más dinero en la bolsa, pero las cosas cuestan más. La clase media se debilita y los sectores más bajos no logran escalar socialmente”, apuntó. De cara a 2026, Javier Rueda anticipó un año complejo, con proyecciones de crecimiento inferiores al 1.5%, lo que podría traducirse en mayor presión inflacionaria. Ante este escenario, recomendó a la población evitar endeudamientos innecesarios, cuidar el consumo, planear sus finanzas con mayor rigor y considerar mecanismos de protección como seguros médicos o de desempleo. “México no está en crisis, pero sí está perdiendo una oportunidad histórica de desarrollo. El reto es generar certidumbre, aumentar la producción y construir un crecimiento sostenible e inclusivo”, concluyó.