Enfrenta muchas y graves acusaciones que tienen que ver con corrupción, malos manejos del dinero público, alterar expedientes para fabricar delitos y tortura Javier Corral Jurado está cosechando lo que ha cultivado toda su vida: enemigos. Sobre todo desde que asumió la gubernatura de Chihuahua y comenzó a perseguir ferozmente a quienes consideraba adversarios, a quién le fuera útil para lograr sus venganzas personales. Enfrenta muchas y graves acusaciones que tienen que ver con corrupción, malos manejos del dinero público, alterar expedientes para fabricar delitos y tortura. También es acusado de feminicida por el secuestro y asesinato de Matilde Gil Guerra y le atribuyen responsabilidad en los homicidios de la periodista Miroslava Breach, y de la activista Isabel Canillas. El repudio a Javier Corral es tal que decenas de chihuahuenses llegaron a su mansión de Ciudad Juárez, actualmente deshabitada, y pintaron la fachada con mensajes que le llaman asesino, torturador y ladrón. Respondió en sus redes sociales acusando una campaña de odio en su contra, pero ni los suyos le creen. Mario Vázquez Robles, coordinador de los diputados panistas en el Congreso de Chihuahua, afirma que Corral debe dar la cara a las acusaciones en su contra y no escudarse en otras personas. La Fiscalía de Chihuahua tiene ocho denuncias por tortura, de distintas personas, contra Javier Corral. Jesús Manuel Esparza Flores, auditor de Chihuahua en el sexenio de César Duarte, fue encarcelado por supuesto peculado, enriquecimiento ilícito y evasión fiscal. El 7 de enero pasado presentó una demanda contra el ex consejero jurídico del gobierno, Maclovio Murillo Chávez, y otros funcionarios de la Fiscalía, todos del gobierno de Corral. Los acusa de extorsión, asociación delictuosa y delincuencia organizada. Samuel Mendoza Rodríguez, juez penal del Tribunal Superior de Justicia de Chihuahua, denunció -en enero- que recibió presiones del gobierno de Javier Corral para imputar a María Eugenia Campos, actual gobernadora de Chihuahua, en la trama de corrupción de César Duarte. También hay investigaciones que involucran a familiares de Corral por, supuestamente, haberse beneficiado indebidamente del presupuesto del gobierno. En el centro del escándalo está su hermana, Leticia Corral Jurado. Javier Corral hoy vive refugiado en El Paso, Texas. En su autoexilio acompaña a su amigo y aliado José Alfredo Lozoya Santillán, alias El Caballo, expresidente municipal de Parral, Chihuahua. Está sujeto a un proceso en Estados Unidos por falsificar el registro de dos aeronaves. Podría ir a la cárcel. Pero hay otras aristas muy peligrosas. En su campaña a gobernador por Movimiento Ciudadano, El Caballo Lozoya contó con el apoyo incondicional de Javier Corral y se dice que también de otros personales de la delincuencia organizada. Versiones indican que Los Salazar, capos del narco en Sonora y Chihuahua, acusados del asesinato de la periodista Miroslava Breach, patrocinaron su campaña. Lo mismo, José Bryan Salgueiro Zepeda, alias “el 90”, operador del Cartel de Sinaloa en Chihuahua. El cerco judicial en torno de Javier Corral se está cerrando. POR ALEJANDRO CACHO

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