Vínculo copiado
Porque la palabra da para mucho más, hace unos días la usó la defensa del Mayo
00:02 lunes 3 marzo, 2025
ColaboradoresEl Doctor Patán había desarrollado una gran afición por la palabra “colapso”. La afición empezó con los medios de comunicación, donde, desde hace unos años, todo “colapsa”. Antes, los puentes caían o se derrumbaban. Ahora, “colapsan”, igual que colapsan el sistema de salud; un helicóptero; el tráiler de la carretera México-Querétaro, aunque a veces también “vuelca”; la imagen de un influencer que se puso pedo y agarró a patadas a un gatito o insultó a la comunidad LGTB en un pico bipolar; la nave espacial de Elon Musk, que solo era un ensayo-error; la bolsa de valores, y los índices de aceptación de la oposición, a diferencia de los de la presidenta. Me encanta: ¿para qué tener un idioma con 150 mil palabras si podemos entendernos con 35? Ahí empezó la afición, insisto. Mi conocida pasión por el minimalismo idiomático. Porque la palabra da para mucho más. Hace unos días, la usó la defensa del Mayo, que puede que no sea parte de nuestro movimiento pero que nos cae a toda madre, para mover a la 4T a arrimar el hombro por el mega capo, que corre el riesgo de que lo condenen a pena de muerte los gringos. “Échenle la mano o esto colapsa”, dijeron, palabras más, palabras menos, los de la defensa, hábilmente, al gobierno mexicano, en la supuesta boca del Mayo, y nos dejaron a todos en ascuas. “En la madre. ¿Qué colapsaría?”, nos preguntamos todos. “¿La 4T, porque don Zambada ventilaría las relaciones entre el estamento político que conformamos y el crimen organizado, que es pueblo y por lo tanto se vale pero nos compromete con los gringos? ¿La relación misma con Estados Unidos? ¿Sinaloa? ¿La costa del Pacífico en su totalidad? ¿Los gobiernos morenistas en los estados? ¿El país?” Las preguntas se arremolinaban. La cosa es que el mensaje funcionó. Acabamos todos nerviosísimos, comprensiblemente, porque no entendíamos bien qué de todo lo que puede colapsar iba a colapsar. Así que aquí su Doctor, siempre atento a las últimas tendencias de la lengua española, decidió aplicar lo del colapso al plano cotidiano. “Seguro funciona”, me dije. “Lo que vale para un puente, un tráiler o la 4T, vale para la vida en pareja”. Ahí perdí. Spoiler: no siempre es bueno extrapolar. La señora de la casa, la mejor del mundo, y con orígenes además en Tlaxcala, que es el corazón de la mexicanidad, tuvo un ligero desliz, comprensible en alguien que tiene que convivir con una personalidad compleja como la de su Doctor, e incurrió el otro día en un pecado: el de “Necesitamos hablar de cosas importantes”. Equivocadamente, en vez de desplegar la comprensión y la paciencia que me distinguen, respondí precipitadamente con un: “Cuidado, porque esto puede colapsar”. Ahí se torció todo. ¿Saben que no ha colapsado? Los precios de los hoteles en la Ciudad de México. ¿A alguien le sobra una habitación? POR JULIO PATÁN