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La primera infancia, ese periodo trascendental que moldea los cimientos del desarrollo personal y social de una comunidad, enfrenta un desdén gubernamental alarmante
00:03 viernes 2 febrero, 2024
ColaboradoresLa primera infancia, ese periodo trascendental que moldea los cimientos del desarrollo personal y social de una comunidad, enfrenta un desdén gubernamental alarmante. A pesar de su importancia crucial, la falta de atención y recursos destinados a esta etapa vital refleja una negligencia que socava el potencial futuro de nuestra sociedad. La primera infancia, que abarca desde el nacimiento hasta los seis años, constituye la fase más crítica en la formación de la personalidad, habilidades cognitivas y emocionales de un individuo. Investigaciones respaldadas por la psicología del desarrollo señalan que las experiencias durante este periodo influyen directamente en la capacidad futura del individuo para aprender, relacionarse y contribuir a la sociedad. La inversión en la primera infancia no es un gasto, sino una estrategia inteligente para construir una base sólida que promueva el bienestar individual y el progreso social. A pesar de la trascendencia reconocida de la primera infancia, de sus beneficios palpables y el mandato constitucional apenas reciente para su inclusión como parte de la educación básica, el desdén gubernamental se refleja año con año en la ausencia de medidas específicas para implementar políticas públicas concretas, eficientes y expansivas, así como la dotación de recursos suficientes. En San Luis Potosí, el panorama para la primera infancia es desolador. Según estudios recientes, apenas tres de cada diez niños en este grupo etario participan en algún programa de atención infantil. Esta realidad es inaceptable y refleja la falta de compromiso gubernamental para garantizar un acceso equitativo a oportunidades educativas desde los primeros años de vida. Las educadoras comunitarias, quienes desempeñan un papel crucial en el cuidado y educación de la primera infancia, son víctimas de una desigualdad flagrante. A pesar de su compromiso y dedicación en sus propias comunidades, reciben remuneraciones de burla en comparación con los jóvenes becados del programa federal "Construyendo el Futuro". Este desequilibrio evidencia la priorización de la simulación de productividad sobre el cuidado genuino de las nuevas generaciones de potosinos. Las becas universales para la educación preescolar, aunque provienen de la buena voluntad gubernamental, han desencadenado un fenómeno preocupante. La absorción de niños en el preescolar a partir de los dos años de edad con el único propósito de sus familias por acceder a beneficios económicos, distorsiona el propósito real de la educación inicial. Esta práctica no solo ignora las grandes diferencias en los niveles de atención necesarios, sino que también subestima la importancia crucial de los primeros años en la formación de habilidades fundamentales. Otro desafío que enfrenta la primera infancia es la tendencia a la baja en las tasas de natalidad. Aunque aún no alcanza niveles significativos en promedio, la disminución observada en el último lustro plantea preocupaciones sobre el futuro demográfico de la región. La falta de atención gubernamental a esta problemática podría tener consecuencias a largo plazo en la composición y vitalidad de la sociedad. Invertir en la primera infancia no solo es una responsabilidad ética, sino también una estrategia inteligente desde el punto de vista económico y social. Estudios demuestran que cada dólar invertido en programas de calidad para la primera infancia genera un rendimiento significativo en términos de ampliar oportunidades, mejor rendimiento académico, y disminución de costos sociales a largo plazo. Ignorar estos beneficios potenciales es una muestra clara de cortoplacismo y falta de visión estratégica. Es imperativo recordar que los niños más pequeños no votan, pero sus padres sí. En un sistema democrático, el peso político recae en quienes ejercen su derecho al voto. Los políticos populistas y progresistas de izquierda que predican la igualdad a través de la ley deberían reconocer que la verdadera igualdad comienza desde la primera infancia. El desdén gubernamental por la primera infancia representa no solo una falla en la política educativa, sino también una amenaza para el futuro de nuestra sociedad. Urge una transformación profunda en la percepción y acción gubernamental hacia la primera infancia. Solo a través de un compromiso serio, recursos adecuados y políticas concretas se podrá construir una base sólida para el desarrollo individual y colectivo. La igualdad (como la entienden algunos) comienza en la cuna, y es responsabilidad de todos garantizar que ninguna generación se vea privada a un futuro continuo pleno y próspero, al costo político que sea. * Profesor / Activista por el Derecho a Aprender en SLP
Director Ejecutivo en Horizontes de Aprendizaje
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