Carlos Sainz es uno de los pilotos más rápidos y aguerridos que tiene el Rally Dakar, ya que sin importar si pelea por el triunfo o está en el puesto 100, como este año, cuando el español sale al camino, no sabe hacer otra cosa que no sea ir a fondo. Esto le ha costado en varias ocasiones, incluyendo el triunfo que tenía casi seguro en 2010, antes de volcar su auto y tener que abandonar a un par de días del final. Sin embargo, este Dakar 2023 ha sido un poco más complejo para Sainz, quien ha tenido problemas específicos, que lo han ido relegando a más de 29 horas del líder. “Para mí la parte dura fue la rotura de una rótula que no debía haberse roto y luego el golpe, las pinchaduras tuve un día uno y estaba liderando la carrera hasta el día de la rótula. Ahora tenemos que seguir empujando esta segunda semana de cara a seguir aprendiendo. “A mí el Dakar de este año me gusta mucho, es un Dakar muy compelto, donde hemos tenido etapas muy duras, donde estamos conduciendo cuatro, cinco horas, hay de todo, ahora vamos hacia una zona de dunas, pero ha habido piedras, tierra, son especiales bonitas y hasta ahora el libro de ruta no ha dado ningún problema, doy un 10 a la organización por la selección de las etapas.” Sin embargo, el mayor contrincante que ha encontrado el bicampeón del Mundial de Rallies (WRC) no es el desierto, sino las regulaciones distintas para su Audi RS Q e-tron. “El auto es más competitivo que el año pasado, no sólo por feeling, sino también por telemetría, pero siguiendo a los autos en la carrera es obvio que el peso es mucho y nos falta potencia. “Hay una ley física que es relación peso-potencia y hay una reglamentación que pone la FIA donde con base en la telemetría vieron que nuestro coche acelera menos, yo ya lo sabía, porque no me falta ninguna telemetría, tengo el pelo blanco y si me quejo, lo hago por algo, yo no quiero ventajas, yo quiero igualdad. FUENTE: EXCÉLSIOR