Dicen que en política no hay sorpresas, sino sorprendidos. Y vaya que hubo con muchos con la victoria de Javier Milei en las llamadas PASO de Argentina. Por sus siglas (Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) son las elecciones internas en las que se definen quiénes serán los candidatos que se enfrentarán en octubre, pero son un gran termómetro real de la fuerza que trae cada aspirante, más allá de las encuestas.

Verán ustedes, el panorama político de Argentina, ha sido controlado por dos fuerzas políticas durante los últimos 20 años: el peronismo-kirchnerismo (actualmente en el poder), léase la izquierda progre-populista, y el macrismo, léase la derecha light conservadora, aunque ambos convergen en la socialdemocracia.

¿Qué es lo que pasó? Pues que en Argentina duele el bolsillo. Para que se den una idea, en enero del 2018, un dólar se compraba por 19.40 pesos argentinos en el tipo de cambio oficial. Hoy, 5 años y medio después, un dólar vale 350 pesos argentinos en la tasa de cambio controlada y hasta 600 pesos en el mercado paralelo, también llamado dólar blue. Además, la inflación anual proyectada para este año será del 142%, lo cual limita el poder adquisitivo de la gente. Como diría James Carville, "it's the economy stupid!".

Izquierdas o derechas, da igual, los argentinos están pidiendo un cambio radical y Milei está llenando ese espacio más allá de las ideologías. Es el antisistema natural que está rebasando por el acotamiento a los candidatos del establishment, "la casta" como él les llama, atizando el resentimiento hacia la clase política privilegiada, que es incapaz de conectarse con la realidad que vive el argentino de a pie, y solo se pasa la bolita entre los de antes y los de ahora. Para la gente el resultado es el mismo: seguir jodido.

Histriónico, agresivo, autodefinido como libertario y anarco-capitalista, Javier Milei es polémico por algunas de sus propuestas como: dolarizar la economía, desaparecer el Banco Central de la Argentina, permitir la compraventa de armas, legalizar el mercado de órganos, oponerse a la legalización del aborto y la educación en temas de género en el sistema educativo público, reducir de 18 a 8 los ministerios del gobierno, y hacer que la educación no sea obligatoria, ni gratuita (pero sí subsidiada).

"No pretendan resultados diferentes con los mismos de siempre. Porque los mismos de siempre no quieren cambiar nada. No les interesa cambiar porque ellos se benefician de este sistema inmundo. Tenemos un problema, que es que la solución está en manos del problema y la única forma con la que este modelo se puede cambiar es votando y sacándolos a patadas. ¡Viva la libertad, carajo!" Este es el grito de guerra con el que Milei está dándole un revolcón al sistema político tradicional de Argentina, en miras a la elección presidencial que será en octubre. ¡A ver qué sorpresas hay!

Israel Navarro es Estratega Político del Instituto de Artes y Oficios en Comunicación Estratégica. Twitter @navarroisrael