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Es cierto que en México siempre habrá la posibilidad de recurrir a denunciar alguna barbaridad hecha por funcionarios
22:53 lunes 4 agosto, 2025
ColaboradoresLa relación entre Estados Unidos y México no es mala, pero es muy complicada por su asimetría, las pretensiones del gobierno estadounidense por involucrarse y promover condiciones legales que le interesan, la renuencia del gobierno mexicano para aceptarlo y la aparente determinación del aparato político a darles todos los pretextos posibles.
Sería absurdo pensar que las presiones comerciales y políticas que enfrenta México son fruto de algún sentimiento de solidaridad o de simpatía para ayudar a solucionar los problemas en el país.
Pero México no es una isla: las cuestiones de certidumbre legal, violencia, gobernabilidad, cultura y economía impactadas por el crimen organizado son temas que afectan a los países vecinos, y muy en especial a los Estados Unidos, por su efecto en la migración, en los costos de operación de industrias y comercio, y hasta en la delincuencia en su propio territorio. Y de paso, 10% de su población es de origen mexicano.
Y para un país tan paranoico como los EU, todo eso debe resolverse de una forma u otra.
Pero los políticos mexicanos, y los que hoy están en el poder son políticos "a la mexicana" sin importar cuán diferentes digan que son, rechazan aceptar el problema aunque lo tengan enfrente.
Se concretan simplemente a proclamar "somos diferentes". Es cierto que en México siempre habrá la posibilidad de recurrir a denunciar alguna barbaridad hecha por funcionarios de gobiernos anteriores, como si eso justificara las acciones del funcionario de un régimen que fue electo porque se presentó como distinto.
El que en su momento fulano o perengano haya abusado o consentido actos de corruptela o estado en contubernio con delincuentes lo hace, si se prueba, reo de delitos y debiera ser perseguido.
Pero no justifica que el actual funcionario, electo o nombrado, cometa los mismos delitos o abusos, aunque lo haga en menor escala. No fueron electos para eso.
Peor aún, en estos momentos resultan en el debilitamiento del gobierno mexicano de cara a sus negociaciones con el exterior, en especial los Estados Unidos.
El punto no es que los EU tengan la "autoridad moral" para reprochar a México, tienen el interés y el pretexto: mucho de lo negativo que ocurre aquí tiene impacto allá:, de la migración provocada por violencia o problemas económicos, al narcotráfico, la impunidad, la incertidumbre legal para inversionistas y corrupción.
Puede afirmarse que hay más estadounidenses radicados en México que en varios estados de su país o en cualquier lugar del mundo fuera de los EU; la inversión estadounidense aquí está valuada por encima de los cien mil millones de dólares, la integración productiva y una frontera de tres mil kilómetros de largo crean una situación geopolítica y estratégica por lo menos complicada para los dos países.
En otras palabras, en tiempos normales tienen el pretexto para interesarse en los problemas de México; ahora cada escándalo político, cada funcionario ligado con actividades ilegales o delictivas es un golpe a la credibilidad del gobierno mexicano. Y no les falta información.
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
COLABORADOR
@CARRENOJOSE