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Por motivos políticos internos, Trump ha abusado y amenazado a sus vecinos, Canadá y México
00:02 martes 22 abril, 2025
ColaboradoresCiertamente Donald Trump parece tener razón en algo: la era de Estados Unidos como mayor potencia económica y eje consumidor del mundo entró en una fase de retroceso, tal vez incluso esté en sus postrimerías.
Parte por razones históricas y sistémicas. Parte por una nueva era en que no hay confianza en el globalismo y las doctrinas políticas como las conocemos. Ciertamente por los problemas domésticos estadounidenses. Y en mucho, también, por la manera en que el presidente Trump y su gobierno decidieron acelerarlo, sin estar preparados para ello.
De hecho, más allá de los primeros pasos de establecer aranceles para todo el mundo y luego crear excepciones, las políticas de Trump parecen a momentos hasta contradictorias. Al margen de todo, presiones y amenazas no son exactamente la mejor forma de crear confianza, aunque por su potencia económica y militar, los Estados Unidos aún pueden obligar a que países más débiles, o dependientes, bailén a ese ritmo.
Pero como decía el viejo Jesus Reyes Heroles, "en poesía, como en política, la forma es fondo". Y Trump no respeta las formas.
Los vaivenes y el bombástico estilo personal de Trump no se traducen ni en confianza ni en simpatía, y si, a cambio, en una ventaja competitiva para China en lo que se refiere a imagen y relaciones internacionales.
"Durante gran parte de la última década, los funcionarios chinos han intentado convencer al mundo de que China, con su economía controlada por el Estado y notoriamente protegida, es la verdadera defensora mundial del libre comercio y la globalización. Ahora, mientras Trump impone aranceles a unos 90 países y las relaciones de Estados Unidos con sus aliados y socios comerciales se tensan, China tiene una oportunidad excepcional", consignó The Washington Post.
Y lo peor o lo mejor, según el punto de vista, es que China no tiene que exagerar o falsear nada. Todo está ahí, en las declaraciones frecuentemente insultantes y aún más repetidamente exageradas o falsas y hasta amenazantes, con que Trump se refiere a otros países, incluso aliados.
Cierto. Mucho de eso se puede encontrar en el ambiente en que Trump desarrolló su vida y sus experiencias, en el mundo de los bienes raíces de Nueva York. Pero la hipérbole y los juegos de imagen y de intimidación que funcionan en Manhattan, tienen un impacto limitado, pero no tanto en un juego que como el de política internacional es de largo alcance.
Pero si eso es una explicación sus efectos también comienzan a sentirse, y pueden tener un impacto grave sobre la vida diaria de los estadounidenses y por lo demás en sus relaciones con el resto del mundo.
Por motivos políticos internos, Trump ha abusado y amenazado a sus vecinos, Canadá y México. La ironía, trágica, es que, para permanecer como potencia mundial, Estados Unidos debe contar con esos dos países para integrar una región geopolítica.
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
COLABORADOR
@CARRENOJOSE