En un esfuerzo por garantizar la seguridad en la semana previa al Super Bowl LIX en Nueva Orleans, la National Football League (NFL) y las fuerzas del orden federales intensificaron las medidas tras el ataque de Año Nuevo en Bourbon Street, donde 14 personas murieron. De acuerdo con información de ESPN, el incidente, provocado por un hombre que condujo un camión hacia la multitud, motivó una respuesta inmediata, con recursos adicionales destinados a reforzar la vigilancia de una de las celebraciones deportivas más protegidas de Estados Unidos. Eric DeLaune, agente especial de Investigaciones de Seguridad Nacional en Nueva Orleans, aseguró que los asistentes podrán notar una “fuerte presencia policial”. Aunque enfatizó que la seguridad para el Super Bowl ya es de alto nivel, reconoció que el ataque reciente los llevó a ajustar su estrategia. Cathy Lanier, directora de seguridad de la NFL, confirmó a ESPN que estos eventos redefinieron la planificación: “¿Estamos haciendo algo diferente? Por supuesto”. Leon Panetta, exsecretario de Defensa, calificó el ataque en Nueva Orleans como una “llamada de atención”, destacando que el terrorismo sigue siendo una amenaza latente en el país. Ante la naturaleza impredecible de los ataques de hombres solitarios, las fuerzas del orden han sumado analistas de inteligencia para monitorear amenazas potenciales. Clasificado como evento de primer nivel por el Departamento de Seguridad Nacional, el Super Bowl recibe apoyo de múltiples agencias, como el FBI y la ATF. Aunque DeLaune no detalló el número exacto de agentes desplegados, confirmó que “cientos” de oficiales federales patrullarán la ciudad, coordinando esfuerzos con la policía local y estatal para prevenir cualquier amenaza durante el evento deportivo más grande del año. FUENTE: EXCÉLSIOR