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El país vivió la semana que terminó lo que debemos llamar terrorismo. La noche del martes...
00:02 domingo 14 agosto, 2022
ColaboradoresEl país vivió la semana que terminó lo que debemos llamar terrorismo. La noche del martes pasado las ciudades del corredor industrial del estado de Guanajuato y un municipio de Jalisco padecieron el terror de grupos bien organizados. Pero la violencia continuó jueves y parte de la madrugada del viernes en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde se sucitaron ataques de grupos armados a civiles. En guanajuato fueron los 13 municipios atacados que dejaron dos vícitimas mortales y 11 detenidos y al menos 25 Oxxos dañados, vehículos incendiados. En Jalisco bloqueos y carreteras bloquedas. En Ciudad Juárez, Chihuahua fueron 11 muertos y seis detenidos, así como a vehículos y comercios les prendieron fuego. El orígen de los ataques en Guanajuato y Jalisco fue, según autoridades, provocado por un operativo de la Fuerzas Federales en el cual pretendían detener a dos cabecillas del Cartel Jalisco Nueva Generación, no se sabe con ceerteza si lo lograron o no, pero esa acción desató el ataque de la delincuencia, ataque bien coordinado. Y en Ciudad Juárez las agresiones a civiles se derivaron por el enfrentamiento entre dos grupos criminales, los “Chapos y los “Mexicles”, en el Cereso estatal número 3, riña que dejó 20 internos lesionados. Fue a partir de estos hechos que los “Mexicles” ordenaron disturbios y agresiones contra la población. El miércoles pasado, por la mañana, los habitantes de ciudades como Celaya, Irapuato, Silao, Guanajuato, León y los llamados Pueblos del Rincón, entre otras, amanecieron con temor de salir a las calles, comercios cerrados, clases suspendidas y el transporte de las líneas que recorren el llamado corredor industrial, también se cancelaron. El viernes por la mañana desde Juárez se reportaba que las calles estaban desiertas y comercios cerrados. En esta ciudad los actos de violencia cobraron la vida a cuatro trabajadores que realizaban una transmisión para una radiodifusora. Antecedentes de ataques como los sucedidos la semana pasada existen desde hace varios años, citamos dos a manera de ejemplo: el del 2015, la llamada “Operación Jalisco” que se desplegó contra el CJNG, que derivó en 39 bloqueos en esa entidad, y ataques a los elementos del ejército. La violencia se extendió hasta Colima, Michoacán y a los municipios de San Francisco del Rincón, Purísma y León. Y cómo no recordar el de octubre de 2019, cuando las Fuerzas Federales detuvieron a Ovidio Guzmán López y frente a los actos de violencia que provocaron miembros del Cártel de Sinaloa, recibieron la orden de liberarlo. Todos estos hechos se viven cuando se detiene o se pretende apresar a quienes infringen la ley, que causan terror, pero ellos demuestran lo organizados que se encuentran para repeler cualquier acto que busque aprenderlos. Estos acontecimientos que han sucedido y se reproducen con mayor frecuencia son los que dejan en claro que la estratégia de “abrazos no balazos” ha sido un fracaso absoluto, que no han desarticulado las estructuras de estas bandas criminales, terrorista. Y por el contrario cada una de estas organizaciones van demostrando su capacidad operativa, estructura firme, disciplinada y su armamento. En gran parte del territorio nacional los criminales organizados en bandas actuán contra la población, pues lo mismo la masacran que la extorsionan, como un impuesto más cobran el “derecho de piso”; secuestran; cometen feminicidios; así como trata de blancas y de migrantes; y no se diga el robo de combustible – el huachicol-; crean gobiernos paralelos y así se podría seguir la lista de lo que han creado y que muestran la incapacidad de un gobierno, de un Estado, cuando estos, los Estados, tienen la obligación y el derecho de defender a sus ciudadanos contra estos actos terroristas. Es terrorismo porque amenaza a la nación, a la seguridad nacional, a las estructuras sociales, económicas, políticas, jurídicas y dejar de mencionarlos y no aceptar que son actos terroristas es confirmar que no existe una estrategia general para combatirlas o prevenirlas. Se ataca a la población a la población civil y se ocasiona terror, pánico, por eso hay que aceptarlo, son terroristas y como tales se les debe tratar, no con “abrazos no balazos”. O siguiendo la definición de Bobbio debemos pensar que es una estrtegia para que un gobierno se mantenga en el poder. Aunque también se puede pensar que es la justificación para que la GN pase al ejército. P.D. En Baja California también se sucitó la violencia y el terror Los hechos de violencia de la noche del 9 de agosto, mostraron la furia del crimen organizado frente a la vulnerabilidad en Guanajuato, con al menos 50 ataques en 13 municipios, que dejaron al menos dos víctimas asesinadas y apenas 11 detenidos. Con epicentro en Jalisco, el eco de estos actos cumplieron su objetivo en el terror infundido entre la población guanajuatense, mientras los tres niveles de gobierno se vieron incapaces de contenerlos. Las menguadas respuestas a posteriori fueron lo máximo alcanzado para hacer frente a lo inenarrable. Los Chapos fueron atacados por un grupo rival denominado Los Mexicles, hubo 20 internos lesionados, 4 de ellos por balazos, los otros por golpes y contusiones, así como dos privados de su libertad muertos por proyectil de arma de fuego. A partir de esto, y como una forma de posible ‘represalia’, los Mexicles hicieron acciones de disturbios y agresiones contra la población civil en Ciudad Juárez, lo que derivó en 9 muertos que se suman a los 2 dentro del Cereso, mencionó Mejía Berdeja. El subsecretario mencionó que entre los asesinados en las calles de Juárez, hay 4 que estaban afuera de un local comercial, pertenecían a una estación de radio y se encontraban trabajando, entre ellos estaba el locutor de radio, Alán González.