El presidente Nicolás Maduro se anotó lo que proclamó como una impresionante victoria política el domingo, cuando más de 90% de los participantes en un referendo votó en favor de incorporar la región del Esequibo a Venezuela. El único problema: el Esequibo es parte de Guyana, prácticamente dos terceras partes de una nación que es independiente desde 1966 y una república cooperativa desde 1973. Unos 11 millones de venezolanos, menos de la mitad de los posibles votantes, participó en el referendo, que para muchos fuera de Venezuela se trató de una estrategia política para buscar cohesión en torno al gobierno Maduro de cara a elecciones presidenciales a realizarse el próximo año y en las que se espera un fuerte desafìo de la oposición. El Esequibo abarca unos 160 mil de los 214,969 km2 de Guyana y con una población, especialmente indígena, de unos 125 mil de sus poco más de 815 mil habitantes. Se trata de una región rica en petróleo y minerales, donde hay interés de empresas internacionales que también han comenzado a invertir en regiones marítimas adyacentes donde Venezuela también reclama soberanía. Caracas considera que esas concesiones son ilegales porque mantiene su reclamo histórico sobre el Esequibo, que formó parte de su territorio durante la colonia española, pero que fue usado como base y luego asentamiento por potencias competidoras: Gran Bretaña, Francia y Holanda, que establecieron colonias propias, ahora territorios o países reconocidos. La situación entre Guyana y Venezuela podría recordar la que se ha dado tantas veces en África y Medio Oriente, luego de que potencias coloniales delimitaron territorios sin conocerlos y dibujaron fronteras de forma arbitraria. En 1899 un arbitraje internacional –no reconocido por Venezuela–, concedió el Esequibo a la colonia británica, pero esa decisión fue desechada en 1966 por un acuerdo en que Gran Bretaña reconoció los reclamos venezolanos, 3 meses antes de la independencia de Guyana. En otras palabras, dejó al gobierno guyanés en una situación comprometida, tanto que el actual régimen denunció el referendo como una "amenaza existencial" para su país. Hay preocupación en torno a un posible intento anexionista de Venezuela, el presidente Maduro calificó el referendo como una forma constitucional, pacífica y democrática de resolver lo que califica como despojo imperialista. Sin embargo, una de las preguntas del referendo se refería al desconocimiento de la jurisdicción de la CIJ de las Naciones Unidas –que a petición de Guyana prohibió a Venezuela tomar medidas que cambien la actual situación– para resolver el diferendo. Brasil, que bordea ambos países, puso a sus Fuerzas Armadas en estado de alerta.

Por si las dudas. POR: JOSÉ CARREÑO FIGUERAS

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