La Secretaría de Economía dio a conocer anteayer una cifra que presumió notoriamente: México consiguió una cifra récord de Inversión Extranjera Directa (IED) durante 2023, al obtener un influjo de recursos por Dlls. $36 mil 100 millones, y subrayó que en el último año esto fue posible gracias “la estabilidad económica, las ventajas competitivas y el buen ambiente de negocios de México”. Es buena noticia, y quizá todos deberíamos sentirnos orgullosos por ese logro. No obstante, si lo analizamos dos veces, en realidad es un espejismo, porque México tiene una posición envidiable frente a Estados Unidos, y esa cifra pudo ser muchísimo más alta durante el año en que se destapó la estrategia estadounidense para relocalizar a sus empresas ancladas en China hacia otras naciones. El caso que más nítidamente muestra lo que México dejó ir es Vietnam. Ese país obtuvo una cifra de inversión extranjera directa también histórica, e incluso mayor a la que obtuvo México: Dlls. $36 mil 600 millones, marcando un crecimiento anualizado de 32.1 por ciento, año conta año, de acuerdo con las cifras que reveló la Oficina General de Estadísticas de ese país. México, por el contrario, obtuvo un crecimiento en IED de únicamente dos por ciento. Hay que tomar en cuenta que el territorio de México es seis veces más grande que el de Vietnam, y que ese país asiático cuenta con 31 millones de habitantes menos de los que tenemos nosotros. Cabe entonces la pregunta: ¿qué es lo que hizo tan atractivo a Vietnam para una inversión tan grande de las empresas extranjeras y por qué México no capturó una mayor proporción de esa inversión, sobre todo tomando en cuenta que tenemos un tratado comercial profundo con Estados Unidos? La respuesta es que los extranjeros vieron más ventajas de mudarse a Vietnam que de hacerlo a México. Nótese, además, que el 64 por ciento de las inversiones extranjeras que llegaron a Vietnam el año pasado lo hicieron en el sector de manufacturas de exportación. Ése es el sector natural para México. Es lo que dejamos ir frente a nuestra nariz. En el sexenio de AMLO se ha trabajado bajo la equivocada lógica de que México es naturalmente atractivo para cualquier empresa, y que todo mundo sabe que los trabajadores mexicanos son los mejores del planeta. Es una falacia. La realidad es que todos los países deben hacer promoción de sus virtudes en el extranjero, lanzar programas de incentivos empresariales, y competir. AMLO no quiere hacerlo, y el resultado es que terminamos presumiendo la IED como si hubiésemos goleado en el futbol a Seychelles. WALMART

La empresa de autoservicios que comanda Guilherme Loureiro dijo que sus ingresos consolidados crecieron 9.3 por ciento en 2023 en México, superando con ello 10 años consecutivos el crecimiento que ha registrado la ANTAD. POR: CARLOS MOTA