El expresidente, Donald Trump, en su momento acusó a México de no enviar a su mejor gente, sino a criminales, delincuentes y violadores Aborto y migración –léase seguridad fonteriza–. Esos son, aparentemente, los temas que dominarán este año las campañas electorales en Estados Unidos, especialmente la presidencial. El aborto es el arma predilecta de los demócratas contra los republicanos y el expresidente Donald Trump, que busca regresar a la Casa Blanca. La seguridad fronteriza, y en específico migración y narcotráfico, son los que esgrimen los republicanos contra los demócratas y el presidente Joe Biden, que busca la reelección. Los republicanos tratan ahora de evitar debates o referencias al aborto. Después de todo, fue la Suprema Corte de Justicia dominada por seis jueces designados por ese partido y afines a sus ideas, la que el 24 de junio de 2022 derogó el derecho a esta práctica como mandato federal y dejó a los estados la autoridad para determinar sus propias posturas. Las demarcaciones dominadas por republicanos pronto determinaron limitaciones, incluso prohibición, al aborto aun en casos de violación, incesto o peligro para la madre y penas de cárcel por practicarlo o por pedirlo. La consecuencia es una resistencia cada vez mayor y el crecimiento de los grupos de votantes mujeres opuestas a la medida. El primer impacto, en las elecciones legislativas de 2022, fue muy negativo para un Partido Republicano que esperaba hacerse del control del Congreso, pero obtuvo una raquítica mayoría en la Cámara baja y perdió el Senado. Ahora no está claro que tan fuerte será el tema, pero los demócratas creen que será uno que tendrá impacto negativo para los republicanos.  La cuestión migratoria es, por su parte, no sólo el eje de la campaña de Trump en 2016 sino la representación gráfica de los temores estadounidenses por la inseguridad de su frontera con México y, en un descuido, con Canadá. El tema está ahora en el centro de una muy pública negociación política que opone a los partidarios de mantener la ayuda militar estadounidense a Ucrania para enfrentar la invasión rusa, y a quienes desean asegurar la frontera a toda costa.  El resultado es un impasse en el que la derecha republicana rechaza la posibilidad de aprobar fondos para Ucrania a menos que haya medidas para endurecer la vigilancia y las condiciones para aceptar migrantes o peticionarios de asilo. Más allá, el tema migratorio y la necesidad de reforma del sistema es uno con el que el aparato político del vecino país ha luchado por décadas. Pero si por mucho tiempo fue una cuestión económica con impacto social, ahora es más algo cultural. Trump, en su momento, acusó a México de no enviar a su mejor gente, sino a criminales, delincuentes y violadores. Recientemente, el magnate denunció a los migrantes por "envenenar la sangre" de los estadounidenses. Pero, al mismo tiempo, el tema de seguridad fronteriza ha tomado tal fuerza que 75% de los estadounidenses considera que se trata o de una crisis (45%) o un problema muy grave (30%), y el gobierno de Biden busca formas de neutralizar políticamente el problema. POR: JOSÉ CARREÑO FIGUERAS

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