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El segundo gobierno de Trump formuló una doctrina de "Estados Unidos primero", que busca alejar al país de compromisos internacionales
00:10 sábado 6 septiembre, 2025
ColaboradoresLa gran ironía de la política exterior estadounidense bajo el presidente Donald Trump es que puede terminar por ser más favorable para sus enemigos que para sus aliados.
Cierto que el mandatario ha puesto empeño personal en intentar la solución de conflictos como los de Ucrania y Gaza, pero también que no ha sido muy exitoso y que su decisión de hundir un barco supuestamente cargado con drogas en el Mar Caribe hace temer un retorno a la época de "diplomacia de las cañoneras".
En términos reales, el segundo gobierno de Trump formuló una doctrina de "Estados Unidos primero" que, por un lado, busca alejar al país de compromisos internacionales, en especial bélicos, pero por otro, parece basada en la coerción comercial mediante la imposición de aranceles, la intimidación y su combinación para ejercer una presión constante.
Pero entre los principales objetivos están los países con los que Estados Unidos tiene una mayor relación económica y comercial, incluso Canadá, México y las naciones que forman la Unión Europea. Que esas alianzas sean necesarias para enfrentar la creciente competencia geopolítica de potencias emergentes y establecidas como China, la India y Rusia.
No es sorpresa entonces que la imagen global de Estados Unidos de Trump sea mucho más negativa que bajo sus antecesores y que potencias o grupos de países como los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) que promueven formulaciones distintas tengan al menos una audiencia con mejor disposición.
Y menos sorprendente es que la República Popular China, el principal competidor global estadounidense, sea visto en muchos países como una alternativa mejor cuando se trata de comercio y financiamiento.
La reciente reunión en Beijing de los presidentes Xi Jinping, de China; Vladimir Putin, de Rusia, y Kim Jong-Un de Corea del Norte, para conmemorar el 80 aniversario de la derrota de Japón la Segunda Guerra Mundial, días después de un encuentro en el puerto de Tajín que incluyó a los dos primeros y al Primer Ministro indio Narendra Modi, pareció ser un mensaje ya no de atención, sino de advertencia de que la idea de un nuevo orden mundial propuesta por Xi tiene una audiencia entre naciones que buscan alternativas.
Quizá lo más irritante para Trump es que en todos esos casos ha buscado y hasta proclamado en su momento tener una relación amistosa, especial, con cada uno de los líderes. Pero al mismo tiempo, como en el caso de Xi y Modi, impuso aranceles de hasta 50 por ciento a las exportaciones de sus países a Estados Unidos.
Sería válido afirmar que hay algo de espejismo en las ofertas de sus competidores, pero también que las formulaciones de la diplomacia estadounidense no alcanzan con frecuencia a cubrir las expresiones, insultantes o burlonas, amenazantes o despectivas, usadas por el presidente Trump en sus mensajes de redes sociales o en sus discursos ante partidarios.
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
COLABORADOR
@CARRENOJOSE