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Las constantes desavenencias en la administración del actual inquilino del Eliseo se dan en un contexto...
00:03 viernes 7 julio, 2023
ColaboradoresLas constantes desavenencias en la administración del actual inquilino del Eliseo se dan en un contexto de enorme polarización social y política El 6 de abril de 1993, Makomé M’Bowole, un chico de apenas 17 años murió de un disparo en la cabeza mientras estaba esposado en una comisaría de policía en París. La autoridad alegó legítima defensa para justificar el hecho, lo cual no deja de llamar la atención dado que el joven estaba esposado. El asesinato de Makome provocó una serie de duros enfrentamientos entre los jóvenes del barrio y la policía. El cineasta Mathieu Kassovitz se basó en estos hechos para la cinta El odio (The Haine) de 1995 y protagonizada por el prodigio francés Vincent Cassel. * El 27 de octubre de 2005, tras la muerte de dos jóvenes musulmanes de origen africano mientras escapaban de la policía en Clichy-sous-Bois, una comuna pobre en una banlieue (suburbio en francés), desató una ola de manifestaciones y graves disturbios que se extendieron a varios países de Europa. De este episodio desconozco si se realizó alguna película al respecto, pero tres años después, en 2008, se estrenó una modesta cinta titulada La clase (Entre les murs), dirigida por Laurent Cantet, la cual abordaba las dificultades de un profesor de lengua (el autor del libro en que se basa la película) en una escuela pública del distrito 20 de Paris, cuya característica principal es la multiculturalidad de su cuerpo estudiantil y a su vez funciona como alegoría de los problemas de integración en Francia. * El pasado martes 27 de junio, otro adolescente también de 17 años, Nahel M., recibió un balazo en la cabeza en medio de una de las tantas protestas que han llenado las plazas públicas y calles de diversas ciudades de Francia desde hace meses. Solo que en esta ocasión, el asesinato del joven originario de Nanterre, localidad cercana a Paris, desató una legítima furia y hartazgo provocando algunos de los mayores disturbios que ha vivido el país galo en los último años y que llevo incluso a aplicar toque de queda en algunas regiones. Tres episodios, de tres épocas distintas pero que ejemplifican uno de los mayores problemas sociales que enfrenta Francia desde hace más de 30 años: el arribo cada vez mayor de inmigrantes árabes, africanos y de mayoría musulmana y la incapacidad de la República por integrarlos, por combatir la xenofobia, la aporofobia y la islamofobia y desahogar esta crisis social que está desbordándose. Y todo esto sucede frente a la figura de un Emmanuel Macron totalmente desdibujado que apenas si reacciona ante la bomba que tiene en sus narices, y que sus detractores, tanto de izquierda como de derecha, están aprovechando con creces. Según un encuesta de Le Figaro, Marine Le Penn es la política que mejor ha reaccionado a esta crisis. Por si esto fuera poco, las constantes desavenencias en la administración del actual inquilino del Eliseo se dan en un contexto de enorme polarización social y política, odio y miedo que trascienden las fronteras francesas y son el síntoma de un padecimiento mayor que aqueja a las sociedades occidentales, que ha invadido gran parte de Europa, Estados Unidos y que ya tienen sus primeras manifestaciones en América Latina, me refiero a las guerras culturales. Sin embargo este tema es complejo y me parece que merece una columna aparte. Así que nos leemos la próxima semana con la continuación de este texto.
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POR JAVIER GARCÍA BEJOS
COLABORADOR
@JGARCIABEJOS