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El Partido Verde aparenta una crisis de identidad: sus dirigentes juegan con la idea de romper con Morena
00:10 jueves 11 septiembre, 2025
ColaboradoresConvertido en la quinta fuerza política del país, el Partido Verde Ecologista de México parece no saber qué hacer con tanto “poder prestado”.
Sus dirigentes no logran definirse entre continuar de la mano de Morena o lanzarse al ruedo electoral en solitario rumbo a 2027 y 2030.
La duda no es ideológica, sino de conveniencia: ¿hasta dónde les alcanzará vender caro su amor? Y dentro del partido crece la división.
El senador Luis Armando Melgar impulsa con seriedad la candidatura presidencial del empresario Ricardo Salinas Pliego para 2030, un proyecto que difícilmente podría caminar junto a la 4T, dado el pleito abierto y cada vez más áspero del Tío Richie con el régimen.
La apuesta no es menor: implica romper con la historia de respaldo que el Verde mantuvo primero con Andrés Manuel López Obrador y ahora con Claudia Sheinbaum.
Pero los negocios y caprichos del Verde no terminan ahí. La presión de gobernadores que buscan heredar el poder a sus familiares amenaza con fracturar aún más la relación con Morena.
Ricardo El Pollo Gallardo insiste en lanzar a su esposa Ruth Miriam González para la gubernatura de San Luis Potosí, mientras la dinastía Monreal no suelta la idea de imponer a Saúl Monreal en Zacatecas, aunque eso signifique jugar con el PRI o con los propios verdes a espaldas de los guindas.
La dirigencia del PVEM tampoco ofrece claridad. Arturo Escobar y Melgar hablan de ir solos, Karen Castrejón asegura que ya se preparan para competir independientes en Quintana Roo y Manuel Velasco pide esperar a que las cúpulas definan una ruta. Ambigüedad disfrazada de estrategia.
Y en medio de esta danza de intereses, Melgar incluso acusa a viejos aliados de Morena de ser “ratas” que saquearon impunemente al pueblo. Palabras mayores que anticipan un rompimiento difícil de maquillar.
Si el Verde realmente rompe con Morena, no será por convicción democrática ni por ideales ecologistas, sino porque olfatea negocios en otra parte.
La pregunta no es si saltarán del barco, sino qué habrán visto en el horizonte para preparar el salto. Y en Morena ya tomaron notas de sus vaivenes.
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EN PALACIO NACIONAL la alarma está encendida. La preocupación por el robo y contrabando de combustible dejó de ser un tema marginal para convertirse en una amenaza que supera incluso los daños ocasionados por otros delitos del crimen organizado en México.
Los cálculos fueron hechos por Pemex, bajo el mando de Víctor Rodríguez, y la Secretaría de Energía, dirigida por Luz Elena González, quienes reconocen que el impacto económico y social del huachicol se ha desbordado en todas sus modalidades.
Y lo peor de todo, saben que ese delito involucra no sólo a bandas criminales, sino a empresarios, militares y políticos de todos los partidos.
El mapa del saqueo y el contrabando es extenso. Apenas deja libres a unos cuantos estados. En el resto, despachan hidrocarburos de procedencia ilegal, generando un mercado negro tan normalizado que parece invisible.
Guanajuato destaca como uno de los epicentros donde el negocio corre con mayor fuerza, envenenando la economía local y financiando a grupos de poder paralelos al Estado.
Lo más grave es que este fenómeno no nació ayer. Durante el sexenio pasado ya se conocía la magnitud del problema, pero la administración de Andrés Manuel López Obrador, lejos de erradicarlo, permitió que se expandiera.
La narrativa de combate frontal se quedó corta frente a la realidad: el huachicol no sólo sobrevive, sino que se ha sofisticado y consolidado.
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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “En política no hay amigos, sólo intereses… y el Verde ya cotiza en bolsa”.
POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO
@ALFREDOLEZ