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Tenemos la colección de empujones que le acomodó Alito Moreno, jefazo de los destinos del PRI, a –ooootra vez– el ex presidente del Senado
00:10 jueves 25 diciembre, 2025
Colaboradores
El Senado, en esta legislatura, en riguroso desorden y con mis disculpas de antemano por cualquier omisión, tiene las siguientes aportaciones al anecdotario patrio, eso que —si me permiten la autopromoción— hemos pasado a llamar el “México Bizarro”:
Tenemos al entonces presidente de esta cámara en el acto de humillar a un ciudadano con una disculpa pública, en el Senado mismo, custodiado por el equipo de prensa del Senado y luego de la enérgica participación del equipo jurídico del Senado. Edificante.
Tenemos la casa de 12 millones del propio ex presidente de la Cámara, con el préstamo imposible por un terreno ejidal y las protestas de los comuneros de la zona, resuelta con una bravata y con la vigilancia de la fuerza pública, que no tiene otra cosa que hacer.
Tenemos el detallito de que, en sus días de gobernador de Tabasco, el senador y jefazo de la Junta de Coordinación Política puso a cargo de la seguridad pública a un viejo amigo suyo del que no se enteró que estaba a cargo, también, del crimen organizado allá, en el Edén. El secretario de Seguridad está en la cárcel. El senador, en su chamba. O en la chamba salvo cuando no, porque lo han cachado dos veces viendo el fut en la tableta electrónica. La Champions, para más detalles. No pierde el tiempo con ligas de nivel medio o bajo. Por supuesto, a nadie debe sorprenderle que siga ahí, en la chamba, salvo en los días de Champions. Es de una gran utilidad para el movimiento. Resulta obligado recordar que salió a palmadas y abrazos con el senador Yunes, cuando éste le dio el sí a la reforma al Poder Judicial y terminó de hundir al país. A propósito, cualquier posible desfiguro que hiciera este tribuno de ninguna manera es imputable a Morena, porque si bien sí, hubo un intento por sumarlo a las filas del partido que vino a depurar la vida pública, terminaron por echarlo atrás, por resistencias internas. Imagínense el nivel.
Tenemos la colección de empujones que le acomodó Alito Moreno, jefazo de los destinos del PRI, a –ooootra vez– el ex presidente del Senado. Que, la verdad, resultó un fiasco para la pelea callejera. Un asistente suyo acabó con un collarín. Mal puesto.
Son aportaciones de récord. En realidad, un hito —disculpen el término mega cursi como de, justamente, senador—, si pensamos que los mega osos, históricamente, corrieron a cargo de los Diputados, que por supuesto siguen comportándose conforme a su legado histórico. Ya saben: las marcas del Serch y su esposa, el Cuau no importa cuándo leas esto, los helicópteros, etc. Sin mencionar a las cámaras locales. Ahí tienen la madriza a jalones de pelo en la Ciudad de México.
En fin, que la Cámara Alta ya no es alta. Morena logró lo que logra con todo: bajarla a nivel de cancha. De cancha de futbol llanero, se entiende.
Que tengan una muy feliz Navidad.
POR JULIO PATÁN
COLABORADOR
@JULIOPATAN09