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Las lluvias nuevamente ponen de manifiesto las carencias en la ciudad
00:03 martes 30 julio, 2024
ColaboradoresLas lluvias nuevamente ponen de manifiesto las carencias en la ciudad, así como las prioridades que no se han atendido: agua y movilidad. La ciudad carece de un sistema de captación, distribución, tratamiento y aprovechamiento del agua pluvial, por ello enfrenta recurrentemente el dilema del agua; es decir, se carece del líquido en calidad y suficiencia, pero cuando llueve la ciudad se inunda. Este problema de la ciudad en crisis de agua obedece también a la falta de un sistema de gestión que permita no sólo construir infraestructura de manera aislada, sino conectarla y sobre todo aprovecharla. El segundo dilema de la ciudad es el auto. Si bien la industria automotriz ha determinado la dinámica de crecimiento económico en San Luis, sobre todo este siglo, son los autos los que hacen enfrentar uno de los más grandes retos, el aumento exponencial en los tiempos de traslado. Las ciudades modernas han sabido convivir con los ríos, no se pavimentan sino funcionan como sistema de captación, distribución e incluso para la movilidad, lo cual no ha sucedido en San Luis, debido a que las acciones siempre son reactivas y obligadas. San Luis carece de una estrategia seria e integral de agua de largo plazo. Por otro lado, la movilidad parece que se ha vuelto una moda, pero puede ser una peligrosa moda. Desde el gobierno municipal no existen acciones de reordenamiento vial, de generación de circuitos e incluso de intermodalidad peatón, ciclista, auto; se apuesta por acciones de semaforización y de visibilidad del peatón, lo cual está lejos de impactar en la movilidad. A partir de la segunda mitad de la década pasada, las políticas urbanas se orientaron de manera preponderante a la administración de riesgos; es decir, se trata de acciones de respuesta, de contingencia, incluso mediáticas para disminuir los efectos de un evento. Estos dos dilemas, el agua y la movilidad, encuentran una “tormenta perfecta” en el Boulevard Río Santiago. Esta vialidad de la Zona Metropolitana de San Luis Potosí (México) representó el límite de la ciudad hacia el sector norte por casi cuatro siglos, cuya inundación periódica implicaba, desde entonces, serios problemas de seguridad vial y salud ambiental. A mediados de los años ochenta y principios de los noventa se realizó un proyecto de pavimentación para convertir el Río en boulevard, durante el periodo de 1976-1985 dieron inicio los estudios que incluían pavimentación, área verde, parques recreativos y reserva urbana; sin embargo, en 1981 se autorizó el proyecto de regeneración urbana que únicamente incluyó la canalización controlada, la construcción de dos colectores para aguas residuales, una línea de conducción de agua potable y las obras viales, en 1982 se formuló el primer proyecto oficial y en 1983 inició su construcción. En 2003 el Plan de Centro de Población Estratégico San Luis Potosí - Soledad de Graciano Sánchez planteó la prolongación del Boulevard Río Santiago desde la Carretera 57 hasta el Periférico Oriente, la obra fue aprobada en 2010 e inició en 2011, hasta 2017 se llevó a cabo la pavimentación de los últimos metros para conectarlo con el Periférico, hoy Circuito Potosí; más de treinta años duró su construcción. Ese mismo año inició la construcción de un nuevo colector en la parte central, sólo en el tramo comprendido entre la calle de Capitán Caldera y el puente de 20 de noviembre. Desde su construcción, el Bulevar funciona en promedio 9 meses al año, debido a la cantidad de lluvia, los escurrimientos y su capacidad de canalización. Cada vez es más frecuente ver los sistemas de drenaje desbordados en tiempos de lluvia, la cantidad de agua supera en demasía la capacidad de los colectores. En el Río confluyen 7 colectores pluviales de la ciudad con capacidad de descarga de 35 mil litros por segundo cada uno, adicionalmente las aguas subterráneas que lo alimentan mantienen condiciones de humedad permanentemente sobre la superficie de rodamiento.
A pesar de todas las inversiones que se han realizado en el Boulevard Río Santiago, no existe una respuesta integral a la movilidad o un plan maestro para la recuperación del Río con carácter sustentable, incluyente o que genere valor para la ciudad. El Río Santiago, como la ciudad, requiere una nueva forma de planeación, una visión más responsable, sustentable y de largo plazo, que privilegie la relación de la sociedad con la naturaleza, que recupere las relaciones entre las personas y genere un activo. El potencial que ofrece el Río como recurso natural, pero también como función social y de movilidad para la ciudad, debe aprovecharse para que la Zona Metropolitana de San Luis Potosí esté mejor conectada, sea moderna y pueda insertarse a las ciudades globales de forma competitiva.