Tan se sabe derrotado dentro de Morena, que se autoexcluyó de participar en la elección interna para elegir a consejeros nacionales del partido Aislado, repudiado por los radicales de Morena, con escaso apoyo en el partido que ayudó a fundar y sin mayor influencia dentro del mismo, quedó el senador Ricardo Monreal, quien cumple ya 14 meses de no reunirse con el presidente Andrés López Obrador, y, mucho menos, ser invitado a desayunar a Palacio Nacional.   Pero antes que señalar directamente y sin pelos en la lengua al verdadero responsable de estar congelado, el zacatecano ha optado por achacar a los “seguidores de Claudia (Sheinbaum)” los ataques que recibe un día sí y otro también, sobre todo en redes sociales.  Su tibieza y sometimiento hacia el mandatario federal la disfraza de gallardía contra la jefa de Gobierno, buscando mostrarla como la “villana favorita” en su infortunio de permanecer lejos, muy lejos, de los punteros de su partido rumbo a la candidatura presidencial de Morena: la propia mandataria y el canciller Marcelo Ebrard.  Insiste en que no va a actuar contra el Presidente, pero que su límite “es la dignidad”, aquella que curiosamente no usó en 2018, cuando aseguró tener ventaja en 20 encuestas, incluida una de la UNAM, para ser el candidato de Morena a jefe de Gobierno de la CDMX, y al final terminó agachándose ante la nominación de Sheinbaum.   “Ricardo, tú aceptaste estas condiciones. Si no, no hubieras competido. Desde aquí te digo: hay que saber perder y sin chantajes”, espetó entonces la ahora mandataria capitalina, mientras él se plegó a los designios del tabasqueño, a cambio del actual puesto que ocupa como coordinador de la bancada morenista en el Senado.   Ese es el momento en que Monreal perdió, no sólo ante Sheinbaum, sino ante López Obrador, el morenismo, la opinión pública y, sobre todo, ante él mismo. Pero ahora se queja de que el Presidente lo ignora, de la polarización, y de que los afines a la jefa de Gobierno han emprendido una guerra sucia en su contra. Lo dice quien ha solapado desde hace más de 20 años los discursos polarizadores del actual titular del Ejecutivo, quien respaldó las campañas negras contra los presidentes Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, y quien dedicó sus tres primeros años como presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado a cumplir los caprichos legislativos a su jefe político, como la ilegal imposición de Rosario Piedra en la CNDH.  Tan se sabe derrotado dentro de Morena, que se autoexcluyó de participar en el proceso para elegir a consejeros nacionales, y le dio por chantajear con el cuento de que si lo expulsan, el partido perderá a 14 por ciento de militantes supuestamente afines a él. Se hace la víctima, cuando en realidad es su propio victimario.   ••• EN EL VISOR: Hoy se confirmará lo que adelantamos en este Periscopio el pasado 14 de julio: Delfina Gómez será candidata de Morena al gobierno del Edomex. POR RAYMUNDO SÁNCHEZ PATLÁN

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