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La prohibición del maíz transgénico abre un nuevo foco de tensión entre EU y México
00:04 viernes 16 junio, 2023
ColaboradoresLa guerra del maíz, un buen título con trascendencia significativa en un entorno en el que, entre corcholatas electorales, ola de calor y distractores amarillistas en diefreentes medios, parece pasar d enoche sin tener la relevancia que merece.
La creciente tensión entre Estados Unidos y México debido a la reciente prohibición del maíz transgénico decretada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, ha desatado preocupaciones en los sectores agrícolas de ambos países.
Tras la controversia ganada en el sector automotriz meses atrás, este nuevo conflicto parece tener aires de revancha con una Casa Blanca desafiante y dispuesta a llevar a México revisiones comerciales bajo el TMEC.
En el tema del maíz, México lleva el mando al ser el principal importador de maíz estadounidense, adquiriendo casi 20 millones de toneladas por un valor comercial de más de 5,500 millones de dólares. Gran parte de estas importaciones se destinan al forraje animal y se cultivan utilizando técnicas transgénicas. Sin embargo, la prohibición del maíz transgénico pone en peligro este lucrativo negocio y genera incertidumbre en el sector agrícola de ambos países.
Entiendo los esfuerzos del presidente López Obrador por proteger el maíz nativo y la salud de la población frente a los agroquímicos, aunque su medida puede repercutir de forma significativa en una relación comercial clave para el óptimo desempeño nacional. Eliminar la compra de maíz transgénico derivará en aumentos significativos en los costos de producción, afectando a los agricultores y llevando los precios de los productos avícolas y porcinos a un 67% de aumento promedio.
El sector agrícola estadounidense está preocupado al ver como sus pérdidas se estiman en más de 3,500 millones de dólares en el primer año, superando los 5,000 millones en el segundo. Esta situación ha generado preocupación entre los representantes políticos de la región conocida como el "cinturón del maíz" en el centro-oeste de Estados Unidos, quienes advierten sobre las serias consecuencias económicas que podrían enfrentar. Desde México se podría aplicar el “no es problema mío”, aunque en un mundo global, el desenlace es generalizado y tarde o temprano, la condición economica mexicana se vería golpeada.
Es comprensible que México busque proteger su maíz nativo y promover una agricultura más sostenible, algo que debería llevar a la búsqueda de soluciones equilibradas que consideren tanto la seguridad alimentaria como el impacto económico.
Déjeme decirlo de otro modo… las áreas de oportunidad encontradas durante el sexenio en el sector salud nos llevaron a la implementación de programas que, hoy por hoy, son un fracaso; con un sistema de salud deficiente nos quedamos con propuestas que terminaron en dejarnos sin sistema… hablemos de seguridad, educación, tecnología, energías… añadamos ahora la agricultura y confirmemos como la política proteccionista y popular de un gobierno federal anula la posibilidad de crecimiento, entrando a disputas que bien podrían ser ejemplo de calidad diplomática y mejor gestión.
El presidente López Obrador esté abierto a suavizar la prohibición para no afectar las importaciones estadounidenses, el miedo no anda en burro y, debacle tras debacle, es fundamental negociar de manera constructiva hacia alternativas viables y principios científicos relevantes. La transparencia y el diálogo abierto serán fundamentales para encontrar soluciones que minimicen los impactos negativos en el sector agrícola y promuevan un comercio justo y beneficioso para ambas naciones.
¿Y si vemos el problema desde otra perspectiva? Podemos considerar una oportunidad para fomentar cultivo de maíz no transgénico con prácticas agrícolas más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente dentro de nuestras fronteras. La compra que México hace a USA se basa en el precio, un producto mucho más barato que permite la comercialización de otros productos a un menor costo; ¡oferta y demanda en su máxima expresión!.
¿Quieres cerrar fronteras al maíz transgénico? La prohibición debería estar ligada a una anticipación en la que el impulso en el desarrollo de la producción nacional de maíz no transgénico hiciera viable esta medida. El simple argumento de cerrar frontera para prevalecer el producto nacional no es válido, los programas agrarios, el apoyo al sector agrícola y la apuesta por un campo fuerte, no se ven reflejados en planeación y programas de apoyo.
Subsidiar la producción para compensar la falta de maíz estadounidense puede ser un caos a corto plazo debido al tamaño del mercado, debiendo considerar los aspectos económicos y la búsqueda de soluciones equilibradas. El diálogo y la negociación serán fundamentales para encontrar alternativas que promuevan un comercio justo y beneficioso para ambos países, al tiempo que fomenten prácticas agrícolas sostenibles.
Es un desafío que requiere una colaboración constructiva y un enfoque basado en la ciencia y el análisis económico… ¿Podremos con este reto? Siendo el maíz un producto referencial, los resultados en este campo serán reflejo de nuestras capacidades.
Columnista en #Globalmedia desde el 2018
Escribe sobre economía y política nacional e internacional.
Economista, Doctor en Adminstración con experiencia en Mercados Financieros.