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El exceso de información, el peso de las redes sociales y los influencers han provocado que muchas personas adopten decisiones sin cuestionar
01:50 domingo 28 diciembre, 2025
Jalisco
En un contexto marcado por la velocidad de la información, la hiperconectividad y la influencia constante de narrativas externas, la humanidad enfrenta hoy profundos desafíos en su desarrollo, advirtió la Mtra. Elena Lomelí Aguirre, académica y especialista en transformación y empoderamiento humano. Durante su análisis sobre los desafíos contemporáneos del desarrollo humano, la experta señaló que la sociedad atraviesa lo que define como una “crisis de agencia”, es decir, una pérdida progresiva de la capacidad de las personas para tomar decisiones conscientes alineadas con sus valores y bienestar. “Nos hemos acostumbrado a ser agentes económicos —producimos, consumimos y trabajamos—, pero olvidamos que también somos agentes de nuestra propia vida”, explicó Lomelí Aguirre. De acuerdo con la académica, el exceso de información, el peso de las redes sociales y la influencia de modelos de vida promovidos por influencers han provocado que muchas personas adopten decisiones y comportamientos sin cuestionarlos, alejándose de su identidad, valores y propósito personal. En entrevista para “Así las Cosas”, la especialista destacó que este fenómeno no solo afecta el plano individual, sino que debilita la vida colectiva, la democracia y la capacidad de las sociedades para enfrentar crisis complejas como la desigualdad, la fragmentación social y la degradación ambiental. “Creemos que somos libres porque podemos elegir qué comprar o qué consumir, pero nuestra libertad interna se ve limitada cuando no reflexionamos si esas decisiones realmente reflejan quiénes somos”, subrayó. Lomelí Aguirre explicó que gran parte de este problema tiene su origen en la falta de autoconocimiento y en lo que la academia denomina “preferencias adaptativas”, es decir, aceptar normas y estilos de vida impuestos sin cuestionar si realmente generan bienestar. Desde su perspectiva, los cambios que la humanidad necesita no se limitan a reformas estructurales, indicadores o políticas públicas, sino que requieren una transformación más profunda basada en la reflexión, la coherencia interna y la conciencia de valores. “El cambio sistémico comienza en lo pequeño: en cómo consumimos, cómo trabajamos, cómo nos relacionamos y qué valores elegimos sostener. Definir el mundo en el que queremos vivir implica primero definir qué tipo de seres humanos necesitamos ser”, afirmó. Finalmente, la académica enfatizó que no existe un momento único para iniciar estos cambios, aunque reconoció que el cierre de año suele ser una oportunidad propicia para la introspección. No obstante, insistió en que la reflexión puede y debe hacerse en cualquier momento, tanto a nivel personal como en organizaciones y comunidades.