Vínculo copiado
#ESNOTICIA
#ESNOTICIA
Tras la Segunda Guerra Mundial se mejoró el esquema. En 1945, en San Francisco, y nuevamente a instancias de Estados Unidos, se fundó la Organización de las Naciones Unidas
00:02 miércoles 5 marzo, 2025
ColaboradoresTras la Primera Guerra Mundial se hizo el esfuerzo de crear un organismo internacional que mediara los conflictos entre los Estados y utilizara los instrumentos de la diplomacia para la solución pacífica de controversias. Este proyecto basado en las ideas del presidente Woodrow Wilson fue un buen intento, pero no resultó.
Como un lastre moral para las acciones de Alemania y Japón en sus acciones expansionistas -los Sudetes en Checoslovaquia y Manchuria en China- ambos países decidieron retirarse de la Sociedad de Naciones en 1933, como antesala de la Segunda Guerra Mundial. Los propios países vencedores en la Gran Guerra y fundadores originales del organismo internacional tampoco hicieron mucho para que funcionara. A Francia poco le valió lo que la Sociedad de Naciones le dijera frente al apoderamiento de la región alemana del Ruhr; asimismo, mucho tiempo se vetó el ingreso de Alemania al club de naciones bajo el argumento de ser la única responsable de la guerra. O Italia en 1937 tras la invasión de Abisinia (Etiopía). Pero lo más paradójico fue que Estados Unidos no formó parte de la Sociedad de Naciones ante la negativa del Senado de aprobar el tratado fundacional del organismo.
Tras la Segunda Guerra Mundial se mejoró el esquema. En 1945, en San Francisco, y nuevamente a instancias de Estados Unidos, se fundó la Organización de las Naciones Unidas. El diseño del nuevo organismo concibió un pequeño colectivo que se impondría ante la Asamblea General. Me refiero al Consejo de Seguridad con los cinco asientos permanentes destinados a China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia.
Ya en ocasiones anteriores he expuesto en las páginas de El Heraldo la necesidad de revisar el funcionamiento y, sobre todo, la efectividad de las decisiones de las Naciones Unidas y, en general, de diversos organismos internacionales.
El caso más reciente es la votación de la resolución de la Asamblea General que condena la invasión rusa a Ucrania, a tres años de haberse iniciado la agresión. A pesar de la comunidad internacional, basta con un solo voto de uno de los cinco integrantes del Consejo de Seguridad para vetar tales decisiones.
Aunque era de esperarse el voto en contra de Rusia y sus aliados, la sorpresa la dio Estados Unidos al votar en contra en la Asamblea General. Un giro sorpresivo en la conducción del tema por parte de los estadounidenses. Incluso, presentaron una propuesta alterna en la que no se condenaba a Rusia y no había referencias a la integridad territorial de Ucrania -para más sorpresas, el proyecto terminó con la abstención de los Estados Unidos-.
El punto es que la resolución adoptada por 93 votos de la Asamblea General -con el franco apoyo de la Unión Europea- terminará siendo vetada cuando en los próximos días se presente al Consejo General. Ya no sólo por el voto de Rusia, sino también por el de los Estados Unidos.
Y no sólo eso, las condiciones de paz o, mejor dicho, de la terminación de la guerra, no será un asunto supervisado por Naciones Unidas, sino acordado por los jerarcas de Estados Unidos y Rusia, y con la exclusión de Ucrania y de Europa. De ahí la pregunta:
¿Cuál es la utilidad actual de la ONU?
POR JUAN LUIS GONZÁLEZ ALCÁNTARA CARRANCÁ
MINISTRO DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN