El Doctor Patán escuchó, emocionado pero con cierta preocupación, cómo el Segundo Presidente Más Popular del Mundo (SPMPDM) levantaba la voz por el asesinato de Gisela Gaytán, candidata a alcaldesa por Celaya. No violó nuestro líder los principios del humanismo mexicano, vayan ustedes a pensar. Para nada. Dijo que el gobernador de Guanajuato, Diego Sinhué, le cae bien, pero que el estado, vaya, es un desastre. Que don Diego gobierna, pero no manda. A diferencia de El Fisgón, su doctor de cabecera cree que el SPMPDM siempre tiene razón, y punto. Vaya, que no hay un momento en que, a botepronto, uno pueda decir algo distinto a: “He aquí un ejemplo de infalibilidad”. Quiero decir que no es necesario esperar ni un segundo para darse cuenta de que el Supremo tiene razón. (Ojo ahí, camarada monero, que la vida sin paella es muy difícil; no regatees los piropos). Lo que pasa es que, cuando uno espera a ver qué pasa con lo que dijo nuestro Guía, entiende que le quedan pendientes… Y vuelvo a lo de Guanajuato. Resulta que, desde julio del año pasado, en el país han muerto a manos de los criminales más de 90 personas relacionadas con las elecciones, y que 10 de esos asesinatos fueron perpetrados en Puebla, nueve en Michoacán y Oaxaca, ocho en Veracruz, seis en Chiapas, cuatro en Zacatecas… En fin, que hay que llegar al octavo lugar de la lista para encontrarse con dos estados, Jalisco y el propio Guanajuato, que no están gobernados por nuestro movimiento eterno, y que los mismos tres asesinatos que han sufrido esos enclaves conservadores los han sufrido el Edomex y Morelos, porque, para sorpresa de todos, mi Delfi y mi Cuau no han logrado frenar la violencia. Sin olvidar, claro, que el primer lugar lo ocupa de largo, con 23 asesinatos, Guerrero, la tierra de mi Macedonio y de su prole.  Esto es lo que lleva a aquí su Doctor a urgir al SPMPDM a ahondar en las declaraciones sobre la violencia en los estados. A extenderse, pues. Porque limitarse a hablar de Guanajuato, cuando se habla de estados fallidos o cosas parecidas, puede llevar a confusiones sobre la utilización de la violencia con fines de propaganda, y eso dejaría un lamparón muy feo en su posteridad. En otras palabras, compañero SPMPDM, su nombre está ya inscrito con letras de oro en el futuro de la Patria, todos lo sabemos, pero, conviene recordarlo, el oro también se ensucia, entre otras cosas con sangre. No queremos, presidente, que ese brillo, ese esplendor, deje de iluminarnos, de aquí pal real, por culpa de las sospechas, por supuesto infundadas, de oportunismo, particularmente cuando los asesinados pertenecen, en su mayoría, a nuestra Cuarta Transformación. En fin, que no debemos darle argumentos a los carroñeros. Reciba un saludo solidario del Doctor Patán, orgullosamente humanista mexicano. POR JULIO PATÁN 

COLABORADOR 

@JULIOPATAN09