Para reforzar su dominio en la India, en 1882 el Reino Unido expidió una ley que prohibía a los indios recolectar y vender sal, a quien desobedecía esa ley se le imponían multas y hasta cárcel. Fue así como los británicos crearon un monopolio que obligó a los indios a comprarles, con un impuesto adicional, un elemento clave en su dieta que les permitía conservar alimentos.

Décadas después, el 2 de marzo de 1930, Mahatma Gandhi envió una carta al virrey pidiéndole eliminar el impuesto a la sal, al no obtener respuesta, junto con una docena de seguidores comenzaron la llamada Marcha de la sal. En el recorrido de 300 kilómetros se sumaron miles de personas.

Los manifestantes llegaron a la costa el 5 de abril, allí Gandhi recogió un puño de sal como un gesto simbólico con el que llamó a desafiar la ley británica. El boicot se extendió por todo el territorio, miles de indios se lanzaron a recolectar sal, los británicos detuvieron a más de 60 mil personas, incluido Gandhi. Pero las marchas y actos de desobediencia continuaron hasta que nueve meses después los prisioneros fueron liberados y se permitió que los indios recolectaran y vendieran sal.

Con otros actos de desobediencia civil pacífica, como huelgas de hambre, la tensión política aumentó hasta que finalmente el Reino Unido tuvo que partir su colonia en dos Estados independientes: India y Pakistán.

La Marcha de la sal es una de las protestas más influyentes de la historia que inspiró en 1963 a Martin Luther King en su Marcha por los derechos civiles en Washington.

Y como olvidar la Marcha del silencio del 13 de septiembre de 1968 cuando los estudiantes demandaron el diálogo y la democratización de México; o la de agosto del 2000 del Gobernador de Zacatecas Ricardo Monreal, demandando al Gobierno Federal la construcción de una autopista prometida; o la Marcha blanca de junio del 2004 por la seguridad y la paz; o la Marcha contra el desafuero de López Obrador en el 2005; o las del orgullo gay que cada 28 de junio se organizan en todo el mundo.

Como se observa, las marchas son regularmente manifestaciones de protesta ciudadana, como la de defensa al INE. Pero la de este domingo no fue de protesta, fue de celebración oficial, si, como los desfiles.

Para reforzar su dominio en la India, en 1882 el Reino Unido expidió una ley que prohibía a los indios recolectar y vender sal, a quien desobedecía esa ley se le imponían multas y hasta cárcel. Fue así como los británicos crearon un monopolio que obligó a los indios a comprarles, con un impuesto adicional, un elemento clave en su dieta que les permitía conservar alimentos.

Décadas después, el 2 de marzo de 1930, Mahatma Gandhi envió una carta al virrey pidiéndole eliminar el impuesto a la sal, al no obtener respuesta, junto con una docena de seguidores comenzaron la llamada Marcha de la sal. En el recorrido de 300 kilómetros se sumaron miles de personas.

Los manifestantes llegaron a la costa el 5 de abril, allí Gandhi recogió un puño de sal como un gesto simbólico con el que llamó a desafiar la ley británica. El boicot se extendió por todo el territorio, miles de indios se lanzaron a recolectar sal, los británicos detuvieron a más de 60 mil personas, incluido Gandhi. Pero las marchas y actos de desobediencia continuaron hasta que nueve meses después los prisioneros fueron liberados y se permitió que los indios recolectaran y vendieran sal.

Con otros actos de desobediencia civil pacífica, como huelgas de hambre, la tensión política aumentó hasta que finalmente el Reino Unido tuvo que partir su colonia en dos Estados independientes: India y Pakistán.

La Marcha de la sal es una de las protestas más influyentes de la historia que inspiró en 1963 a Martin Luther King en su Marcha por los derechos civiles en Washington.

Y como olvidar la Marcha del silencio del 13 de septiembre de 1968 cuando los estudiantes demandaron el diálogo y la democratización de México; o la de agosto del 2000 del Gobernador de Zacatecas Ricardo Monreal, demandando al Gobierno Federal la construcción de una autopista prometida; o la Marcha blanca de junio del 2004 por la seguridad y la paz; o la Marcha contra el desafuero de López Obrador en el 2005; o las del orgullo gay que cada 28 de junio se organizan en todo el mundo.

Como se observa, las marchas son regularmente manifestaciones de protesta ciudadana, como la de defensa al INE. Pero la de este domingo no fue de protesta, fue de celebración oficial, si, como los desfiles.

Lo que haya sido, lo cierto es que con estas movilizaciones la oposición y Morena mostraron músculo rumbo al 2024.