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Yo respeto que cualquiera crea y exprese su más “séntida opinión”, pero esto es fake news y teoría del compló a nivel CHESPIRITO
00:02 sábado 31 mayo, 2025
ColaboradoresTodavía ando rota, aunque sea un poquito y por ahí se me cuelga el frío al alma. Qué rápido nos olvidamos de los muertos. En menos de una semana regresamos a esa maldad ingenua del nado sincronizado en declaraciones y noticias para golpear a la 4T. Y ya que hablamos de mariguanadas, me llegó este texto de Martha Díaz Carrión Montoya. Más que chiapaneca. En serio, yo respeto que cualquiera crea y exprese su más “séntida opinión”, pero esto es fake news y teoría del compló a nivel CHESPIRITO.
Nomás échenle ojo: “Lo que hoy se presenta como una iniciativa menor —la entrega del llamado chocolate del bienestar en las escuelas— no es un hecho aislado ni inocente. Es parte de un proyecto cuidadosamente diseñado de ingeniería social, orientado a moldear desde la infancia tanto la conducta como la ideología de las nuevas generaciones”.
Aquí comencé a sonreír. Pero le sigue: “Este chocolate, junto con los contenidos y métodos de la Nueva Escuela Mexicana, son piezas que encajan perfectamente en una misma maquinaria: el adoctrinamiento progresivo impulsado por el régimen de la 4T. A través de una contradicción deliberada —prohibir comida chatarra privada mientras se impone un producto estatal igualmente azucarado— el gobierno genera escasez, informalidad y dependencia”. Presta pa’andar iguales…
“Los niños, privados de alternativas, recurren a mercados negros escolares, donde la ilegalidad se vuelve práctica normal. Esta tolerancia estratégica a la economía informal no es accidental: es una forma de introducir a los menores en una lógica de transgresión permitida, donde las reglas solo aplican según quien las imponga. Es, ni más ni menos, una pedagogía de la anarquía funcional. Aunque suene extremo, eso es lo que se está incubando en las aulas: no ciudadanos críticos y responsables, sino niños que aprenden desde temprana edad que operar al margen de la ley es válido si el Estado los empuja o si lo hacen con su consentimiento tácito”.
Y aquí entra el papel de la NEM. Bajo la retórica de “inclusión”, “saberes comunitarios” y “justicia social”, este modelo educativo reemplaza el pensamiento científico y crítico por una visión ideológica colectivista, donde lo individual es sacrificado en favor de una supuesta comunidad homogénea.
Es la fórmula clásica del marxismo pedagógico: formar al “hombre nuevo” que no piensa, sino que repite; que no cuestiona, sino que agradece; que no se pertenece, porque pertenece al Estado. Este chocolate que hoy parece un gesto simbólico es, en realidad, un emblema más de esa ideología.
Como el chocolate Baracoa en Cuba o el chocolate Rey en Venezuela, estos productos no fueron diseñados para nutrir, sino para crear lealtad emocional y dependencia simbólica con el régimen. No eran alimentos: eran instrumentos de obediencia”. Hasta aquí, yo seguía sonriendo, pero de nervios… casi miedo. Todo este purrún por un méndigo chocolate?! NO mams. Nos vemos el domingo primero en las casillas.
POR FERNANDA TAPIA
@TAPIAFERNANDA