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Cuidado con que los gobiernos que se consideran de la 4T quieran endurecer su política migratoria, porque estamos cometiendo los mismos errores de ese nacionalismo retorcido que hacen los europeos y norteamericanos
00:04 lunes 3 enero, 2022
ColaboradoresCon profunda preocupación estoy viendo que el gobierno de la “4T” y sus simpatizantes están viendo los éxodos de los migrantes como el nuevo recurso para concentrar su mirada de rechazo y hasta restricción de paso en un país que según sus términos constitucionales, México es un país de libre tránsito, para cualquier ciudadano del mundo que desee pisar suelo nacional. Y es que después de la respuesta tan dura que dio el gobernador Ricardo Gallardo Cardona, el cual mencionó esta semana que no habrá un albergue temporáneo para poder dar asilo a las centenas de migrantes que siguen llegando a San Luis Potosí, dejó en claro cuál será la postura migratoria de este gobierno que aunque proviene de las filas del Partido Verde Ecologista y que se considera allegado a la “Cuarta Transformación”; la realidad es que ha decidido caracterizarse como un gobierno que será ajeno a querer resolver la crisis humanitaria que vive la Casa de la Caridad del Migrante que es dirigida por el padre Marco Antonio Luna… y que quiero recordar, que ha mencionado en repetidas ocasiones que ya no pueden más tanto dentro como fuera del albergue, pues su capacidad de recepción ha sido superada en grandes cantidades, desde hace tiempo… cuando estamos justo en medio de un nuevo momento crítico de la pandemia por covid -19. Es increíble cómo los ecos de xenofobia y nacionalismo retorcido del expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, siguen vivos y ahora México se ha convertido en la frontera sur del país norteamericano; convirtieron a la Guardia Nacional en la “Border Patrol mexicana” y el Instituto Nacional de Migración en “La Migra” que se encarga de hacer el trabajo duro, golpes, azotes, detenciones a cualquier migrante… no importa si es mujer o niño, para la mirada endurecida de las autoridades por la presión norteamericana no conoce ya de distinciones.
En los países europeos hemos visto que han buscado como los “grandes culpables” de las problemáticas internas a los migrantes, al que es de fuera, al que viene buscando una nueva oportunidad para vivir. Los franceses culpan a los africanos, los italianos también, los españoles… no se diga, ya no quieren a nadie más en su tierra, sean rumanos, búlgaros o gitanos; para todos la mirada del rechazo es pareja. En Asia las cosas también van igual, Pakistán ya no quiere recibir el paso masivo de afganos que buscar desesperadamente salir de su país que quedó dominado por el terrible régimen del Talibán. En América los venezolanos a gritos piden ayuda para que les puedan permitir entrar a Colombia o Brasil; en Centroamérica tenemos a El Salvador, Guatemala y Haití que diariamente registran caravanas masivas de huida de aquellos países que fueron destruidos por la naturaleza y la mano del hombre… la violencia y las dictaduras. Por todo esto, respetable lector es que manifiesto que me preocupa mucho que México esté endureciendo su política de migración, nuestro país tiene una vocación histórica de ser un lugar de asilo para los que tuvieron que salir huyendo de su país. Durante los tiempos de guerra, México fue un país neutral que abrió las puertas a japoneses, americanos y hasta libaneses. En la época del franquismo, nuestro país en tiempos del General Lázaro Cárdenas le abrió la puerta a todos los que huyeron durante la Guerra Civil Española; durante la guerra en Siria también y ahora incluso hasta el propio canciller de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, presumió en redes sociales que se habían recibido a ciudadanas afganas que tuvieron que huir de su tierra durante el regreso de los talibanes a la dictadura. Cuidado con volver a esos años de cerrazón, de aislamiento, de voltear la mirada hacia un problema que es mundial, masivo… que requiere de una atención especial; incluso el propio presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, lo condenó ante las Naciones Unidas, diciendo “Déjen pasar a los migrantes y véanlos como una forma de mano de obra para trabajar”, bién… pues entonces veamos lo mismos, seamos congruentes con nuestro discurso, porque así como queremos que sean reconocidos y respetados los migrantes mexicanos en territorio norteamericano, entonces.. hagamos lo mismo en nuestra tierra. Cierro con una frase que recientemente me compartió el padre Luna de la Casa del Migrante: “Los migrantes no son invisibles, volteen a ver que existen y nos piden ayuda”. Nos leemos la próxima semana, hasta entonces… hasta siempre.