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El área metropolitana de San Luis Potosí (AMSLP) se compone de seis municipios
00:04 domingo 26 febrero, 2023
Colaboradores
La marginación en la ciudad se manifiesta con mayor intensidad en la periferia, pero en zonas céntricas, se presenta como una situación ambigua y contradictoria. Hoy existen nuevas formas de marginación, como la falta de acceso a internet.
El área metropolitana de San Luis Potosí (AMSLP) se compone de seis municipios. A lo largo de los últimos veinte años está creciendo rápidamente, tanto en superficie como en población, y pareciera que la marginación está disminuyendo. Los seis municipios son la capital, con tres veces más población que Soledad, Cerro de San Pedro con dos de cada diez mil habitantes de la ciudad, Villa de Reyes que tiene ya la misma superficie urbana que Soledad, pero aún se considera un municipio rural, Mexquitic en las mismas condiciones y Zaragoza que recientemente se incorporó a la metrópoli, a finales de la década pasada.
El Consejo Nacional de Población (CONAPO) tradicionalmente elabora el índice y grado de marginación de las principales ciudades de México, empleando los datos del Censo de Población que se realiza cada 10 años, particularmente en el acceso a educación, ingresos y las condiciones de la vivienda principalmente, para un conjunto de cuadras que denomina Área Geoestadística Básica (AGEB).
Regularmente los procesos de planeación, sobre todo de temas tan complejos se fijan en un horizonte de treinta años. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que tiene metas concretas en términos de disminución de la pobreza, alcanzarán en siete años, su vigencia. ¿Qué ha pasado en nuestra ciudad a lo largo de estos años? ¿cómo ha evolucionado la ciudad?
En el año 2000, a inicios de un nuevo siglo, la ciudad de San Luis Potosí era un área metropolitana de dos municipios, la conurbación con Soledad de Graciano Sánchez sumaba 800 mil habitantes, distribuidos en una superficie de 14 mil 636 hectáreas, esto representaba una densidad de 55 hab/ha. Una de cada diez personas en la ciudad vivía en condiciones de alta y muy alta marginación, sin embargo, la tercera parte de la superficie de la ciudad tenia esta condición. Las colonias de San Juan de Guadalupe, Tierra Blanca, Arroyos, y al norte toda la amplia zona de Torremolinos y las Flores en Soledad eran las zonas con índices más altos.
Para el año 2020 la situación cambió, se sumaron cuatro municipios a la conurbación, Cerro de San Pedro, Mexquitic, Villa de Reyes y Zaragoza; en ese orden. La superficie urbana alcanzó 19,813 has, un aumento de 35%. La población superó 1.2 millones de personas, a finales de la primera década nos convertimos en una gran ciudad, la décimo primera por su tamaño en México; así, la densidad de población se colocó en 64 habitantes por hectárea. La superficie de alta y muy alta marginación se redujo a 10% y 4% la población en esta condición.
Si bien destaca que tanto la superficie como la población en condiciones de pobreza ha disminuido en nuestra zona metropolitana a lo largo de veinte años, es importante decir que el ritmo es, tal vez, lento. Mientras Cuba erradicó el analfabetismo en dos años, por ejemplo, existen colonias en San Luis Potosí, Soledad, Villa de Reyes o Zaragoza, con la mitad de su población que no recibe educación básica. En Villa de Reyes, cerca de las empresas de clase mundial, nueve de cada diez viviendas no tienen agua entubada. En promedio, en el AMSLP poco más de mil personas han salido de la pobreza cada año.
Cabe destacar que, con la globalización y el avance de las tecnologías de la información y la comunicación, los servicios en la vivienda ya incluyen la falta de acceso Internet como una condición de marginación. En ese rubro es donde estamos más atrasados, en promedio una de cada tres viviendas no cuenta con este servicio, y tenemos colonias sin acceso total.
El CONAPO señala que la pobreza es un problema multidimensional, requiere como muchos problemas así, la sincronización de esfuerzos de los tres niveles de gobierno, pero sobre todo del diseño y mantenimiento de una política efectiva, es algo más complejo que crear bancos del bienestar.
San Luis Potosí está nuevamente en una oportunidad, la ampliación de su industria generará condiciones de inversión en infraestructura -fuerte detonante de la actividad económica-, mayor demanda de vivienda -la construcción es la actividad que más ramas de la economía moviliza-, y sobre todo, mantendrá una dinámica de crecimiento que, junto con programas focalizados para mejorar las capacidades productivas, deberá de impactar en una mejor condición social.
El tamaño de la ciudad aún facilita la administración de sus problemas, y la generación de beneficios para una posible causalidad circular acumulativa; es cuestión de “alinear los astros”.