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A pesar de los esfuerzos por ampliar el acceso a la educación superior, la movilidad social en México sigue siendo alarmantemente baja
00:02 sábado 1 febrero, 2025
ColaboradoresEn el discurso público y las políticas educativas de México, se ha sostenido durante décadas la idea de que la educación superior es la clave para resolver las problemáticas sociales y económicas del país. Sin embargo, esta perspectiva puede ser un falso dilema que desvía la atención de inversiones más estratégicas y efectivas en etapas tempranas de la educación.
A pesar de los esfuerzos por ampliar el acceso a la educación superior, la movilidad social en México sigue siendo alarmantemente baja. Según datos del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), el 74% de los mexicanos que nacen en situación de pobreza permanecen en la misma condición durante toda su vida
Este estancamiento sugiere que obtener un título universitario no garantiza una mejora en la posición socioeconómica, evidenciando que la educación superior, por sí sola, no es suficiente para romper el ciclo de la pobreza.
A pesar de los esfuerzos por ampliar la cobertura educativa, la matrícula en educación superior ha mostrado un crecimiento limitado. Según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) de 2021, solo el 22.7% de los jóvenes de 18 a 22 años están matriculados en educación superior
Este estancamiento refleja barreras persistentes que impiden a una proporción significativa de la población acceder a estudios universitarios, limitando así las oportunidades de desarrollo profesional y personal.
La problemática se agrava al considerar las bajas tasas de graduación y la inserción laboral de los egresados. Un estudio publicado en la Revista Iberoamericana de Educación Superior señala que, aunque la tasa de desempleo entre egresados universitarios es relativamente baja (6.6%), muchos de ellos se ven obligados a desempeñar trabajos que no corresponden a su nivel educativo o área de especialización
Además, la Encuesta Nacional de Egresados 2021 revela que el 43% de los graduados recibe salarios mensuales entre $3,000 y $8,000 pesos, cifras que difícilmente permiten una mejora sustancial en su calidad de vida
Un ejemplo concreto de la priorización equivocada en el sistema educativo fue la decisión -unilateral - en San Luis Potosí de eliminar espacios emblemáticos de educación básica, como la Secundaria Técnica No. 1, para instalar universidades de reciente creación. Estas nuevas instituciones, en muchos casos, han mostrado resultados pobres en términos de calidad educativa y empleabilidad de sus egresados, replicando problemáticas observadas en la Ciudad de México. Esta situación evidenció una falta de visión estratégica, al desmantelar instituciones que ofrecían formación técnica relevante, en favor de proyectos universitarios sin una planificación adecuada ni un análisis de las necesidades reales del mercado laboral.
Contrario a la creencia de que la educación superior es la solución a las problemáticas sociales, diversos estudios han demostrado que la inversión en educación inicial tiene un impacto más significativo y duradero en el desarrollo de una sociedad. La educación en los primeros años de vida es crucial para el desarrollo cognitivo, emocional y social de los individuos, sentando las bases para aprendizajes futuros y una participación activa en la sociedad. Sin embargo, en México, la educación inicial ha sido históricamente desatendida, con una cobertura insuficiente y una calidad que depende en gran medida de educadoras comunitarias con gratificaciones económicas reducidas que atienden a niños en las zonas más inhóspitas de las regiones.
Es imperativo replantear las prioridades en las políticas educativas de México. Si bien la educación superior es importante, centrar todos los esfuerzos y recursos en este nivel educativo ha demostrado ser insuficiente para resolver las profundas problemáticas sociales y económicas del país. Una apuesta decidida por la educación inicial, garantizando acceso y calidad desde los primeros años de vida, es la clave para construir una sociedad más equitativa, próspera y con mejores oportunidades para todos. Es momento de reconocer que estamos errando al "apostar por la educación superior" como la única solución en términos de desarrollo social.
* Profesor / Activista por el Derecho a Aprender en SLP
Director Ejecutivo en Horizontes de Aprendizaje
X @FhernandOziel
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