Al presidente López Obrador no le gustan los órganos autónomos. Por eso, mientras usted dormía y él estaba recuperándose del contagio de Covid, la bancada de Morena y aliados en el congreso, esta semana se echaron un madruguete maratónico para desaparecer, mutilar, fusionar y meterle mano a un montón de áreas que la 4T tenía en la mira. Ahí les va un recuento de los puntos más importantes de esta masacre legislativa.

Primero, finalmente se reconoce que el INSABI no servía, por lo cual desaparece para integrar sus funciones al IMSS-Bienestar. O sea, cambió todo para que no cambiara nada en el sistema de salud como el de Dinamarca que se prometió.

Segundo, más poder a los militares al reformar la ley que ahora permite la creación de la Aerolínea del Bienestar que será operada por la SEDENA, así como el Tren Maya por tiempo indefinido.

Tercero, las funciones del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA) pasan al DIF para incorporar a las futuras generaciones a la red de asistencialismo.

Cuarto, en ese mismo sentido desaparece la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario para que los recursos dirigidos al campo se entreguen directamente a las y los beneficiarios. Es decir, se va a fortalecer el clientelismo político de la 4T en los sectores rurales en miras a la elección del 2024.

Quinto, el CONACYT se transforma en el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación, que es lo mismo, pero ahora será dirigido por representantes del gobierno federal, a quienes no se les exigirá que tengan experiencia científica. Otra vez, el 90% de lealtad al líder y 10% de capacidades.

Sexto, entre las misceláneas están el modificar la ley para dar 16 años de cárcel a los talamontes; bajar la edad mínima para ser diputado federal a los 18 años y Secretario de Estado a los 25 años; se suspenden los derechos para ocupar un cargo o empleo en el servicio público a los deudores alimentarios o violentadores de mujeres; y se darán 15 años de cárcel a quien desvíe productos como el fentanilo.

Y surprise, surprise, se concretó el plan del Secretario de Gobernación para dejar al INAI, el órgano encargado de la transparencia, en el limbo de la inoperancia, porque entre tanto jolgorio no se pudo nombrar a un Consejero para tener quórum mínimo. ¡Viva la opacidad! Así el recuento de los daños. Juzgue Usted.

Israel Navarro es Estratega Político del Instituto de Artes y Oficios en Comunicación Estratégica. Twitter @navarroisrael