Ni “nuevos” ni “diferentes”. En todo caso, en MC, salieron peores. Más grotescos, más vulgares, más frívolos. El discurso con el que navegan, no se sostiene por ningún lado. Algunos buenos perfiles, quedan eclipsados por el desprestigio que se apodera del partido naranja en cuyo acceso parece haber un letrero enorme: se recibe cascajo. Todos caben, sin importar ideología ni principios. No es relevante la buena fama o gozar de prestigio. Vaya, si hay espacio para un asesino confeso, como Roberto Palazuelos quien ha reconocido en distintas entrevistas haber matado a una persona, y ahora será candidato al Senado, todos tienen espacio. Hay lugar para el nepotismo, también. ¿Cómo entender, si no, que Dante Delgado hiciera candidato a senador a su hijo, Dante Alfonso? Total, el dueño del partido puede poner a quien quiera. Para eso es su partido. Lo que no existe es pudor. De otra forma, su candidato presidencial Jorge Álvarez Máynez no aparecería pasado de copas en un video subido por él mismo –que luego borró-, burlándose del INE y hasta de Manlio Fabio Beltrones, junto a su compadre, el gobernador de NL, Samuel García. ¿Cómo tomar en serio a quien no es capaz de tomarse en serio a sí mismo? ¿Tiene algo que decir? ¿Alguna propuesta? ¿O solo va por likes? Se entiende que debe crecer en las encuestas de conocimiento, pues es desconocido por el grueso de los mexicanos, ¿pero a qué costo? ¿Haciendo lo que sea? ¿No que eran “nuevos” y “diferentes”? También hay espacio para los chapulines, que no son pocos. Muchos brincan sin ruborizarse desde lo más “viejo” del PRI, como si por arte de magia se volvieran “nuevos”, como Claudia Ruiz Massieu o Ivonne Ortega. Se recibe de todo y no hay temor al ridículo. ¿Qué puede ser más penoso que lo ya protagonizado? Pocos episodios describen mejor a MC que la maniobra interpretada por Samuel García y Dante Delgado, quienes quedaron expuestos hace un par de meses como tramposos y mañosos. Pretendían que el primero heredara la gubernatura a uno de sus incondicionales mientras se iba de candidato presidencial, como si Nuevo León fuera su feudo y la gubernatura una plaza sindical transferible. Dante que se vendía como político profesional y calculador, y Samuel, que se asumía representante de lo “nuevo”, dejaron a MC sin aspirante en plena precampaña, con spots grabados y licencia al cargo ya aprobada. El candidato no alcanzó a serlo y terminó su participación en la elección de 2024 un mes antes de acabar 2023 convertido en chiste. Total, que los “nuevos” no son tan nuevos, más bien se parecen mucho a los viejos. Repiten, corrigen y aumentan los vicios de la vieja clase política. Se han convertido rápidamente en expertos de la simulación, el escándalo, la mentira y la trampa. POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN [email protected]      @MLOPEZSANMARTIN